Santo Domingo no olvida su historia
Se cumplen 10 años de la colocación de la escultura en memoria de los dos calceatenses que perdieron la vida por un rayo
Sobre las seis de la tarde del martes, las espesas y negras nubes que cubrían la bóveda celeste comenzaron a descargar con violencia agua, rayos y otras descargas de electricidad de que estaba saturada la atmósfera», relataba un 8 de junio de 1911 el corresponsal de Diario La Rioja de lo que fue el fin trágico de una romería.
Cuatro jóvenes calceatenses que formaban dos parejas regresaban a Santo Domingo de la romería a la Virgen de las Abejas por el camino de La Noria o los Erios. Eran José Bartolomé Pozo, Crescencia Izquierdo, Valentín Ortega y Victoria Mateo.
«Cubiertos con un tapabocas, descargó sobre ellos una chispa eléctrica, que dejó muertos a José y Crescencia, e imposibilitados de movimiento a los dos últimos», redactó el periodista.
«La creación de esta estatua tuvo muy buena respuesta por parte del pueblo, que se volcó en su propia historia»
Falleció un miembro de cada una de las parejas, un suceso que rápidamente llegó a oídos de todos los calceatenses que descubrieron con horror lo sucedido: «Cuando en la ciudad se supo la trágica noticia, todo el vecindario sobresaltado acudió al puente del Glera a informarse, pues eran distintas las versiones que andaban de boca en boca».
«El cuadro que se dio en la carretera era por demás trágico. Los unos preguntaban por sus maridos, otros por sus mujeres, hijos, hermanos; los más estaban calados de agua hasta la cabeza, y el que no, un gran sudor inundaba todo su cuerpo. La conversación del día son las desgracias de ayer», concluyó.
Esta trágica historia, que ocurrió tal día como hoy de 1911, continuaría años después cuando surgió el amor entre Victoria y Valentín, que terminaron casándose, un bonito resultado del desafortunado accidente.
No obstante, la mala suerte siguió acompañándoles: él arrastraba las secuelas del rayo y murió muy joven, con 36 años. También perdieron a uno de sus dos hijos, con tan solo 18 años. Victoria trabajó como sirvienta y cocinera en la escuela y finalmente murió en 1972.
El recuerdo
Hace años, se colocó una piedra llamada 'La piedra del rayo' en el punto donde sucedió este hecho como símbolo de recuerdo y respeto a los jóvenes. Una representación que finalmente desapareció.
Para no perder esta historia en el olvido, la asociación 'Me gusta Santo Domingo' decidió colocar una escultura, en la que se pueden observar cuatro figuras humanas que se cruzan, representando a los cuatro jóvenes.
Fue diseñada por José Antonio López Hueto y las siluetas fueron realizadas por José Antonio Saavedra. Además, reserva una parte de la misma para quienes deseen poner un candado, como símbolo de amor eterno.
En su ejecución también trabajó David Bravo y contó con la colaboración de las empresas 'Pedro Azpeitia', 'Talleres Martín' y 'Claudio Barrios', que desinteresadamente cedieron sus medios, espacios e incluso material. Otros 35 vecinos aportaron donativos para financiar el coste de la obra, que fue colocada entre dos encinas por la Brigada de Obras.
«Nos pareció una buena idea porque es una historia muy bonita que es desconocida incluso para la gente del pueblo», recuerda Javier Albo, presidente y fundador de la ya extinta asociación.
«Tratamos de hacer algo para que no desapareciera este suceso muy triste, al tratarse de jóvenes, pero que terminó feliz. La creación de esta estatua tuvo muy buena respuesta por parte del pueblo, que se volcó en su propia historia, fue muy bonito», rememora una década después de su inauguración.
Ahora, en vísperas de la esperada romería a la ermita de la Virgen de las Abejas que se celebrará este martes con la misa solemne y el reparto de las patatas a la riojana, habas y chorizo, los calceatenses podrán recordar esta historia de pérdida y amor que se quedará para siempre en el corazón de los vecinos.
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