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CLARA LEÓN
Los mejores ejercicios para las personas obesas... y los peores

Los mejores ejercicios para las personas obesas... y los peores

Hay que elegir bien la actividad: porque no todas valen y algunas pueden ser peligrosas

Solange Vázquez

Sábado, 27 de mayo 2023, 19:00

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Lo primero que un médico le recomienda a una persona con obesidad es que pierda peso. La 'receta' es supuestamente sencilla: hay que bajar kilos a base de buenos hábitos alimenticios y actividad física (imprescindible para perder grasa aunque en la pelea con la báscula no sea el factor clave). Y si lo primero ya cuesta –las costumbres dietéticas arraigadas son difíciles de erradicar–, lo segundo ya es un reto casi imposible porque a un cuerpo obeso y normalmente sedentario le resulta complicado moverse. Fatiga, dolores articulares, sudoración excesiva, falta de aire (disnea)... Son algunos de los síntomas que suele presentar la gente obesa (más acusados cuanto mayor es la cantidad de kilos sobrantes) y dan una idea clara de por qué hacer deporte con muchos kilos no es pan comido...

Por eso, muchos lo intentan y empiezan con estusiasmo, pero sufren tanto que tiran la toalla enseguida. Es lo normal si no han sido bien asesorados. Para crear adherencia al ejercicio y evitar lesiones y problemas más graves (como arritmias o, en casos extremos, hasta paros cardiacos), deben iniciarse siguiendo los consejos de un experto.

21% de obesos en España.

Es el porecentaje de adultos con este problema.. Entre niños y adolescentes, la proporción es de uno de cada seis, dice la Encuesta Nacional de Salud

«Es importante considerar su estado de salud, condición física y cualquier limitación o enfermedad existente», recalca Marta Supervia, médica rehabilitadora, coordinadora del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). Tal y como indica la experta, aunque lo correcto es diseñar una rutina de ejercicios individualizada, hay unas recomendaciones básicas aptas para la mayor parte de las personas obesas que quieren ponerse en forma.

Ejercicio aeróbico moderado

«Ayuda a quemar calorías y mejorar la salud cardiovascular. Pero al comenzar mejor evitar actividades de impacto (como correr o saltar), ya que pueden ejercer una presión adicional en las articulaciones, especialmente en las rodillas y los tobillos. Se puede aumentar gradualmente la intensidad y la duración y, según la evolución del paciente, puede ser interesante el ejercicio aeróbico interválico, donde se alternan períodos de alta intensidad con períodos de baja intensidad o descanso, ya que es muy efectivo para quemar más calorías y mejorar la capacidad cardiovascular», apunta Supervia.

Entrenamiento de fuerza

Hasta no hace mucho era considerado totalmente secundario en los casos de obesidad. Pero ahora se prescriben ejercicios de fuerza (con pesas, máquinas o el propio peso muscular) por su eficacia para activar el metabolismo, algo clave para todas las personas, pero para las obesas especialmente: al incrementar la masa muscular con ejercicios de peso, su consumo calórico es mayor en situaciones de reposo, algo extremadamente útil en su caso. «Eso sí, hay que empezar con cargas muy ligeras», recalca Supervia.

Actividades agradables

«Bailar, pasear... Es beneficioso fomentar actividades que sean agradables y estimulantes que aumenten su actividad física», aconseja la médico rehabilitadora.En algunos casos, los obesos son personas que han sido sedentarias durante muchos años y meterse de repente en un gimnasio o a hacer un deporte puede ser para ellos un salto demasiado grande. Si es así, mejor empezar por actividades que resulten más placenteras o compaginarlas con el 'trabajo duro' para que su cerebro reciba recompensas y, por tanto, empiece a asentar la costumbre de moverse.

Deportes... sí y no

Para personas con obesidad severa o muy severa la bicicleta en el agua o la natación son muy recomendables, los mismo que los deportes de remo. «Son aconsejables porque que no existe gran impacto en las regiones anatómicas más afectadas por la obesidad como columna lumbar, caderas, rodillas y pies. La marcha nórdica tambien es muy buena, entre otras cosas, aumenta la densidad ósea en muñecas», afirma Enrique Sainz de Murieta García de Galdeano, médico rehabilitador y secretario del Grupo de Trabajo de Obesidad de SERMEF. Si el grado de obesidad no es muy alto, se premite casi cualquier deporte, pero adaptado. Pero, tal y como desvela, hay un tándem especialmente eficaz en casos de obesidad: spinning más trabajo de fuerza.

¿Alguna actividad 'prohibida'? «Uno de los deportes que más desaconsejamos a personas con obesidad es el frontón por el impacto que implica en algunas articulaciones especialmenet tocadas en casos de obesidad y por las grandes tensiones que producen las fuerzas que se generan durante su práctica. El fútbol también: las articulaciones de rodillas y caderas sufren, lo mismo que ocurre en deportes de contacto como el rugby, contraindicado en personas con obesidad de moderada a severa», repasa el médico rehabilitador.

¿Obesos sin kilos de más?

Según la OMS, se diagnostica obesidad en un paciente cuando el Índice de Masa Corporal es igual o superior a 30 (los kilos que pesamos divididos por nuestra altura en metros al cuadrado). Esta definición, según algunos expertos está algo trasnochada, ya que ahora mismo se relaciona más la obesidad con la proporción de grasa corporal y su distribución: a grandes rasgos, los hombres con más de un 25 % de grasa y las mujeres que superan el 33 % entrarían en el 'pack' de los obesos. Por eso, algunos investigadores sostienen que cualquier persona, sea cual sea su peso, podría padecer obesidad cuando su grasa supera estos límites (aunque su apariencia sea incluso delgada). Es más, se estima que hasta un 22 % de la población mundial podría ser obesa sin que le sobren kilos.

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