La última 'carta' de Pedro J. Ramírez

El periodista logroñés Pedro J. Ramírez, se despidió ayer de la dirección del periódico 'El Mundo' en su última 'Carta del Director', titulada «Cambia el director, sigue la orquesta». En ella, Pedro J. atribuye su destitución a los propietarios del periódico -a cuyo frente ha estado 25 años-, «quienes, en uso de sus legítimas atribuciones, han decidido poner fin a esta etapa». «El poder había convertido a 'El Mundo' en un apestado y las grandes empresas del Ibex actuaron en consecuencia», escribe.

Pedro J. Ramírez (Logroño, 1952), aprendió sus primeras letras en el colegio San José de los Hermanos Maristas de la capital riojana y cursó periodismo en la Universidad de Navarra. Realizó las prácticas en Diario LA RIOJA, de las que guarda un grato recuerdo: «Aquellos meses me permitieron descubrir qué era el periodismo de verdad, la vida que fluye continuamente en la redacción», rememoraba hace menos de un mes.

Escribió crónicas de fútbol regional, sucesos a pie de calle, entrevistas con artistas de paso en el periódico, recién trasladado desde Martínez Zaporta. «El final de Vara de Rey era entonces un erial y el de Nueva Rioja el único edificio iluminado en mitad de la oscuridad», rememora. «Cuando volvía a casa lo miraba desde la distancia y, no sé por qué, me venía a la cabeza la analogía del periodismo como faro».

Después de graduarse como periodista en 1973, impartió Literatura Española Contemporánea en el Lebanon Valley College, Pennsylvania (EEUU). De regreso a España, trabajó en 'ABC' hasta que en 1980 dio el salto a la dirección de 'Diario 16'. Tenía 28 años. Tras su salida de 'Diario 16' en 1989, en apenas seis meses, junto a un grupo de periodistas, fundó el diario 'El Mundo'.

Ramírez Codina ha mantenido siempre la vinculación con su tierra natal. Fue pregonero de las fiestas de San Mateo en de Logroño o medalla de La Rioja, galardón concedido por el Gobierno regional.

En su última 'Carta del Director', publicada ayer, Pedro J. opinaba que «es innegable que las relaciones con el Gobierno y las demás instituciones del Estado forman parte del marco en el que desarrolla su actividad una empresa periodística e inciden en la marcha del negocio». «Está claro que Rajoy apuesta por el mito de 'un Gobierno sin periódicos' -en realidad sueña con un Gobierno sin país- y ha optado por convertir la crítica y la denuncia en una mercancía cada vez más onerosa para los editores», asevera.

El periodista riojano declaraba haber sido «fiel» a los principios fundacionales de 'El Mundo' entre los que destaca la promesa de «no servir jamás a otro interés que el del público». Pedro J. Ramírez ofreció todo su apoyo al que es su sucesor al frente del periódico, Casimiro García-Abadillo, de quien dice no tener ninguna duda.

«Hasta nuestros más enconados enemigos reconocen que la España de este último cuarto de siglo habría sido distinta, y probablemente peor, sin un diario como 'El Mundo'», concluye.