Dos nuevos radares móviles multarán «previo aviso» de su posible ubicación

La Policía Local de Logroño cuenta desde ayer con dos nuevos radares móviles, que vienen a sumarse a los tres que van rotando por las hasta nueve cabinas instaladas en la capital y los dos fijos en la circunvalación. Los nuevos dispositivos comenzarán a multar a partir del 10 de diciembre «previo aviso» de sus diferentes localizaciones.

Antes, tal y como ha sucedido con el 'multacar', el Ayuntamiento desarrollará una campaña informativa en la que a los conductores que excedan la velocidad y sean 'interceptados' se les advertirá de la infracción cometida, si bien no acarreará sanción.

La Jefatura de la Policía Local de Logroño ha seleccionado ya una veintena de calles y tramos dada su accidentabilidad, su alta velocidad registrada o su realidad contrastada en las mesas del tráfico por agentes, técnicos de movilidad y vecinos, por los que paulatinamente se irán dejando ver ambos dispositivos cedidos por la DGT, uno instalado en un monovolumen y otro colocado sobre un trípode.

Avenida de Burgos, Lope de Vega (entre Pasadera y Pedregales; entre Juan Boscán y Gustavo Adolfo Bécquer; entre Camino Viejo de Alberite y la rotonda de Pedregales), avenida de la Paz (desde San Millán hasta Los Lirios), avenida de Madrid, Nevera (La Portalada), Vara de Rey (número 78) y Portillejo, serán las localizaciones de ambos radares durante el mes de noviembre, si bien progresivamente y siempre previa difusión pública y campaña de preaviso se irán extendiendo a Carmen Medrano (entre General Urrutia y Gonzalo de Berceo), Jorge Vigón (entre Colón y Eliseo Pinedo), Lobete (entre las rotondas de Obispo Fidel y la Torre Onix), San Gregorio, Madre de Dios (entre Luis de Ulloa y Río Lomo), Valdegastea (Alemania, Francia y Fuenmayor), Prado Viejo (entre avenida de Burgos y la LO-20), General Urrutia, Duques de Nájera y La Cava (calle Clavijo).

Los radares móviles, de tecnología digital, vienen a sustituir al analógico en servicio hace ahora cuatro años y que precisamente fue retirado por sus carencias técnicas. Una de las novedades de su vuelta a la ciudad es que no estará oculto, sino que todas sus ubicaciones se darán a conocer. Cualquier variación en su ubicación se hará pública y el Ayuntamiento se compromete a reiterar sus ubicaciones con periodicidad, lo que contribuirá a que el radar móvil funcione como un elemento disuasorio y de seguridad del tráfico y no como un elemento recaudador.

Funcionarán en horas puntuales y puntos muy concretos, especialmente de noche, con el doble objetivo de disuadir a los conductores y atajar los excesos de velocidad en el casco urbano.