Hostelería Riojana aboga por una nueva 'revisión'
La asociación solicita una reunión para «el necesario reajuste de tasas» pues, a su juicio, «no debe valer todo»
J. C.
Domingo, 3 de junio 2012, 02:31
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«No pude pagar lo mismo quien saca unas mesas y unas sillas durante unos meses al año, que quien ocupa más terraza que bar, la cierra como más le conviene, y se beneficia de una explotación todo el año en un suelo de dominio público». Francisco Martínez Bergés, presidente de Hostelería Riojana, considera que la actual ordenanza debe ser revisada en pro de unas licencias, y sus correspondientes tasas, más justas.
Bergés, quien asegura que entre sus asociados -integrados en la FER- existen ejemplos de los dos modelos, ya ha solicitado una reunión con los responsables municipales para sentarse a la mesa y resolver un asunto que está haciendo que surjan no pocos problemas dentro del propio sector. El creciente malestar, según explica, obliga a tomar medidas inmediatas porque, recurriendo al sentido común, «no debe valer todo».
«¿Reguladas las terrazas? Están, pero muy mal reguladas y cada vez yendo a peor...», sentencia sin contemplaciones. «Se ha metido a todo un sector en el mismo saco y ello ha desembocado en agravios comparativos con las consiguientes quejas: ¿Cómo puede ser que a un local de 40 metros cuadrados se le autorice un cerramiento de velador de 120 con las mismas tasas que al resto y sin pedirle nada más cuando, por ejemplo, a los establecimientos a partir de los 100 metros cuadrados se les está exigiendo, solo por citar una de las obligaciones, a disponer de servicios para personas discapacitadas?», protesta.
Bergés cree que ya es hora de aclarar licencias y permisos, delimitar sus tipos y, sobre todo, establecer unas normas de funcionamiento que acaben con esa sensación de «que cada cual va a su bola y hace lo que le da la gana». Algo así sería lo que está pasando respecto a los cerramientos, ya que, con la normativa estatal en la mano, solo se podría fumar en aquellas terrazas al aire libre o en las que, estando cubiertas, se encuentren cerradas por un máximo de dos paredes o muros. «Solo hay que darse una vuelta para ver si se cumple o no», 'invita' el hostelero.
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