Imagen panorámica de la Gran Vía logroñesa./JUAN MARÍN
LOGROÑO

Todos los caminos llevan al asfaltado

Las soluciones pasan por retirar el adoquín sustituyéndolo por 'betún' u hormigón o cubrirlo con una nueva «rodadura»El Ayuntamiento ultima el proyecto de rehabilitación integral de Gran Vía, que se ejecutará entre julio y agosto

JAVIER CAMPOS

Domingo, 13 de mayo 2012, 15:29

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Dos alternativas, dos, y ahora toca decidir... El Ayuntamiento de Logroño ya tiene sobre la mesa el diagnóstico y varias posibilidades para acometer la rehabilitación integral del firme de la Gran Vía este verano, intervención municipal que ya fue adelantada por Diario LA RIOJA el pasado mes de marzo. Los planes del PP pasan por solucionar de manera definitiva los problemas surgidos apenas unos meses después de su inauguración en el 2007, para lo que ha planteado un proyecto a ejecutar entre julio y agosto en un intento de poner fin a uno de sus mayores quebraderos de cabeza, tanto en el Gobierno como en la oposición.

Ciesm-Intevía, consultora especializada en la realización de estudios e informes de carácter técnico en materia de obras públicas y edificación, ya ha entregado el informe de situación encargado por la Administración local en marzo y está previsto que la próxima Junta de Gobierno Local de luz verde a un proyecto gestado para acabar con el 'parcheado' al que cada cierto tiempo se ha visto obligado a acometer la Administración local: y es que hasta el momento no se ha conseguido poner fondo al saco en el que se ha convertido Gran Vía desde que finalizase la garantía de un proyecto cuya liquidación supuso por sí misma 6,4 millones de euros más de lo previsto a las arcas municipales.

El informe de la citada consultora deja claro que si bien se podría mantener el firme en su estado actual mediante la reparación de los deterioros y campañas periódicas de resellado y reforma como se ha venido haciendo hasta la fecha, lo más conveniente es llevar a cabo una actuación más duradera que evite molestias al tráfico y riesgos a la circulación, algo por lo que parece haberse decantado el Ayuntamiento habida cuenta de que la factura municipal en las sucesivas reparaciones asciende ya a más de un millón de euros y que se verá traducido en la desaparición del adoquín sí o sí.

Seguras y duraderas

El abanico de posibilidades «seguras y duraderas» se resumen en dos: retirar el pavimento (8.000 metros cuadrados de adoquín y mortero) y sustituirlo por asfalto u hormigón, o cubrirlo dotándolo de una nueva rodadura (dos calzadas de 630 metros y doble carril) con las soluciones técnicas que el mercado ofrece actualmente. El miércoles habrá elección definitiva y ésta podría rondar los 400.000 euros de inversión.

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Según el denominado 'informe sobre patología del pavimento de calzada', que incluye un análisis detallado de las posibles actuaciones de reforma, la primera de las opciones pasaría por retirar el adoquín y el mortero de apoyo y colocar un pavimento de mezcla bituminosa de 15 centímetros sobre la losa: una capa de 10 centímetros con betún y una rodadura de cinco a la que se le podrían aplicar tratamientos estéticos. Una solución que, según el informe, ofrece «gran garantía de durabilidad». La segunda de las mismas, similar aunque sustituyendo la mezcla bituminosa por un pavimento de hormigón armado, directamente no es recomendada por los propios servicios técnicos al requerir un espesor mínimo de 23 centímetros cuando las propias condiciones del vial lo limitarían a entre 15 y 18 centímetros.

Las otras, sin embargo, irían en la línea de retirar solo parcialmente el adoquinado (o incluso dejarlo) limitándose a aportar una nueva rodadura, es decir, una última capa: éstas pasarían por extender capas bituminosas sobre el pavimento existente tras una reparación de los desperfectos más acusados; soluciones todas ellas que requerirían la impermeabilización del actual adoquinado para evitar la entrada de agua que podría seguir erosionando el apoyo, parte del problema detectado en la actual solución.

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La citada reparación se debería realizar al menos sobre todas las zonas hundidas o con movimientos acusados bajo el tráfico y se podría hacer con el propio adoquín retirado, apoyándolo otra vez sobre un nuevo mortero, o con mezcla bituminosa en caliente con betún para rellenar el espacio que quedase después de retirar parte de los adoquines. Finalmente se aplicaría una mezcla bituminosa de rodadura para la que hay dos opciones recomendables que limitan el espesor de capa (necesario para no elevar en exceso la cota): una sería una mezcla bituminosa de unos 3 centímetros y otra el asfalto fundido, si bien esta última es relativamente costosa y prácticamente se descarta.

Terminaciones estéticas

Respecto a las terminaciones estéticas, tanto si se opta por levantar el adoquinado como por cubrirlo aprovechándolo como base, en todas las mezclas bituminosas, aclara Ciesm-Intevía, se cuenta con distintos tratamientos estéticos de color, de impresión o de desnudado superficial mediante pulidora, 'desbastado' con agua o microfresado, quedando el árido a la vista.

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Una de las soluciones más efectivas para la integración estética es la impresión de dibujos tipo adoquín, pero dada la situación de la Gran Vía en la que se va a cambiar el adoquín por otro material no parece adecuado imitar lo ahora levantado... «Se recomienda, por tanto, una terminación con desnudo superficial y árido visto, o en su defecto, una terminación convencional», si bien será el Ayuntamiento quien tenga la última palabra.

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