El 'picudo rojo' llega a Logroño
La preocupación del Ayuntamiento, que ya trata el ejemplar infectado, es saber cuántos árboles hay en riesgo dentro de propiedades privadas El escarabajo devorador de palmeras ha sido detectado en Joaquín Elizalde
JAVIER CAMPOS jcampos@diariolarioja.com
Miércoles, 11 de enero 2012, 08:47
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En Alicante con solo escuchar su nombre se ponen a temblar. No en vano, la plaga puso en riesgo el histórico palmeral de Elche protegido por la Unesco. El temido escarabajo devorador de palmeras, el 'Rhynchophorus ferrugineus Olivier', más conocido como picudo rojo, ha llegado a Logroño. Hasta la fecha no se tenía constancia de su presencia después de que hace casi 20 años se propagase a España a través de palmeras infectadas procedentes de Egipto y otros países del norte de África.
Andalucía, Murcia, la Comunidad Valenciana, las islas Canarias, Cataluña o Aragón pueden dar fe de su voracidad y abanderan la lucha contra uno de los insectos más dañinos para las palmeras en el mundo. Y ahora le toca a La Rioja. Eulen, encargada del mantenimiento de parques y jardines en Logroño, detectaba su presencia a primeros de octubre en un ejemplar en el parterre de la esquina de Padre Claret con Obispo Rubio Montiel, una de las esquinas de la plaza Joaquín Elizalde.
El ejemplar infectado, según informaba a Diario LA RIOJA el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Logroño, Jesús Ruiz Tutor, ha sido sometido a un riguroso tratamiento fitosanitario -junto al resto de los que se ubican en su zona de influencia- tras descartar la tala y el traslado para su destrucción de los ejemplares por el riesgo de propagar la plaga, según han demostrado experiencias previas. Un tratamiento que se resume en la aplicación de dos insecticidas de manera conjunta cada 45 días en el período de actividad del insecto, tratamiento efectivo en otras ciudades.
Además, el resto de palmeras públicas censadas en la capital, correspondientes a las subespecies de datileras y canarias en las que se ha llegado a detectar el escarabajo en España y que se contabilizan en alrededor de un centenar en la capital de La Rioja, cuentan con tratamiento preventivo.
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El picudo rojo vive y se alimenta en el interior de las palmeras, condición que hace difícil detectar su presencia con una simple inspección visual. El hecho de que los técnicos municipales supiesen de su llegada a la vecina Aragón les hizo estar en alerta y de ese celo surgió la detección. «Creemos que lo hemos cogido a tiempo», confiaba ayer mismo Ruiz Tutor.
Y es que pese a que las palmeras infectadas no manifiestan cambios externos en las fases iniciales de colonización, sin embargo sí que presentan ciertos síntomas como son la aparición de hojas jóvenes centrales amarillentas y poco desarrolladas que se desprenden con facilidad, malformaciones foliares en la copa con foliolos comidos o en forma de punta de flecha, palmas caídas con señales evidentes de desgarro a nivel de la inserción en el tronco y asimetría en forma de la corona.
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La preocupación de Medio Ambiente es conocer ahora la población de palmeras -canarias o datileras- que se ubicarían en propiedades privadas y que, por tanto, también estarían en riesgo. Para ello, el concejal delegado, Jesús Ruiz Tutor, lanzaba ayer el mensaje para extender el cinturón de seguridad de que todo propietario de algún ejemplar se pusiese en contacto con el Ayuntamiento vía 010 para recibir la información pertinente y saber cómo actuar tanto para prevenir como para tratar posibles plagas de picudo rojo. Métodos de control y lucha contra una plaga donde lo fundamental, por su peligrosidad, sería la pronta detección de los ejemplares atacados para proceder a su tratamiento.
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