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LUIS JAVIER RUIZ ljruiz@diariolarioja.com
Jueves, 24 de noviembre 2011, 18:15
Es pequeña, pero matona. Y mucho. Con un tamaño aproximado de medio milímetro en los ejemplares adultos, la araña roja -es su nombre científico- se ha convertido en una de las plagas más correosas y complicadas de tratar por su rápida extensión, por el elevado número de plantas a las que ataca y por su capacidad de adaptación y resistencia a los tratamientos habituales para acabar con ella. Pero su futuro puede estar en el aire. La respuesta aparece en las páginas de su edición de hoy de la prestigiosa revista 'Nature', la de mayor impacto en cuestiones científicas del mundo.
Y es que si hace unos meses un grupo de investigadores de la UR eran citados por 'Science' -otra de las grandes publicaciones de referencia- ahora un estudio internacional desarrollado en la sede del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino -ubicado en la Universidad de La Rioja, que colabora en esta entidad junto al CSIC y al Ejecutivo regional- ha logrado secuenciar el genoma de la araña roja. Es decir, que ha conseguido desvelar todos los secretos que esconde este ácaro en su apenas medio milímetro.
Miodrag Grbic, investigador de la Universidad de Western Ontario (Canadá), ha liderado un proyecto radicado en la sede riojana del ICVV y en el que también han participado Vojislava Grbic (profesora visitante del Programa Europeo Marie Curie en el ICVV), José Miguel Martínez Zapater (ICVV), Isabel Díaz (Universidad Politécnica de Madrid) y Félix Ortego (Centro de Investigaciones Biológicas de la Agencia Estatal CSIC, Madrid).
La importancia del estudio se constata con un simple repaso de las entidades que han participado y han financiado un proyecto que arrancó en 1998: Ministerio de Energía de Estados Unidos, Genoma Canadá y Unión Europea. En total, cuatro millones de dólares.
La cifra puede parecer abultada para un ácaro tan diminuto, pero se justifica cuando se sabe que las pérdidas económicas anuales que genera supera los 1.000 millones de dólares. Y es que del millar de plantas de las que extrae sus nutrientes, 150 de ellas tienen una importancia fundamental en la economía de muchos países: el tomate, el pimiento, el pepino, la fresa, el manzano, el peral, el maíz o la soja además de la vid -si bien en La Rioja, por las condiciones climatológicas, su incidencia es menor que en zonas más cálidas- forman parte de su particular dieta. Además su ataque se produce en la última fase del desarrollo de las cosechas, lo que multiplica los daños.
¿Qué beneficios se pueden desprender de la secuenciación de su genoma? El profesor Grbic explica que «este ácaro tiene armas especiales para hacer frente a los métodos que emplean las propias plantas para tratar de frenar su ataque». Así, apunta que «ha sido capaz de multiplicar y evolucionar muchos genes para eliminar las toxinas de las plantas que son útiles para la defensa contra las plagas».
Y ahí radica la importancia de conocer con detalle su genoma: «abre nuevas posibilidades para el desarrollo de una agricultura sostenible permitiendo el desarrollo de nuevas estrategias de control de plagas que eviten el uso de plaguicidas convencionales y que incluyan tanto la mejora genética para la resistencia a la araña como soluciones biotecnológicas para el control de la plaga que contribuyan a desarrollar alimentos completamente libres de plaguicidas».
Pero no todo en la araña roja es negativo. Porque conocer su genoma también ha permitido descubrir que su seda es única. Según Miodrag Grbic, «es muy fina y constituye un bio-nano material natural que podría utilizarse en la industria aeronáutica o automovilística, pero también en la regeneración de tejido humano o para huesos artificiales».
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