La presión de la calle frena un nuevo desahucio

Mariam y sus dos hijas saben que lo de ayer sólo fue una solución provisional. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) logró frenar el desahucio. Es el segundo que paralizan. El primero, en Santo Domingo, fue por vía judicial; el segundo ha sido en su primera acción de calle arropados por 50 personas. Pero habrá una nueva orden. Mientras llega, tratarán de paralizarla por vía judicial. Confían en una querella por estafa contra la prestamista que, ante notario, le firmó un crédito de más de 69.000 euros y que, asegura, sólo le transfirió 12.800 antes de solicitar el embargo de su casa y adjudicársela en subasta por un tercio del valor de tasación. La procuradora de la prestamista insistía en que no paraliza el desahucio y solicitaba que se completara. Pero la presión de la calle pudo más.

12,00 horas

Mariam abre las puertas de su casa a todo el que quiere subir a apoyarle. Y lo hace «tranquila, porque sé que he hecho las cosas bien», pese a que en apenas 90 minutos una comisión judicial llegará a la puerta de su vivienda para que la abandone y cambiar la cerradura de la puerta. Acaba de llegar de la enésima entrevista de trabajo de los últimos días. «Confío en que mi abogado pueda intervenir en la querella por estafa y se paralice». A la espera de conocer el desenlace del intento de desahucio Mariam ya ha encontrado un plan B: «He buscado un sitio transitorio y mi hija pequeña se viene conmigo; la mayor está viviendo con su novio».

12,30 horas

Desde la ventana de su cuarto piso y acompañada por una asistente social que colabora con la PAH, Mariam no pierde detalle de lo que sucede en la calle. Los curiosos se agolpan en la acera de los impares; los que quieren frenar el desahucio lo hacen junto a su portal. Al grito de 'Este desahucio lo vamos a parar', los responsables de la Plataforma comienzan a organizar la acción con la que tratarán de impedir el paso de la comisión judicial: ocupar la estrecha escalera del edificio -no tiene ascensor- y crear una barrera humana en el portal. Por Escuelas Pías circula en ese momento el primer coche de Policía Local de la mañana.

13,00 horas

Faltan 30 minutos para la hora señalada. Desde la cercana Comisaría de barrio se acercan dos agentes que se dirigen a los miembros de la Plataforma. «Vamos a venir a las 13.30 horas en apoyo de la comisión judicial. Nuestro único objetivo es acompañarles y acceder a la vivienda para que hablen con los ocupantes. Después ya se verá lo que pasa», dice el subinspector de la comisaría de Villegas. ¿Entrarán por la fuerza? «Eso no nos corresponde a nosotros. Debe haber una orden judicial. Es la primera vez que sucede esto. Cada día acudimos a entre 2 y 4 desahucios». La charla es cordial. Cortan la calle. Doce agentes están en las proximidades de la vivienda de Mariam.

13,40 horas

«Es la primera vez que vemos algo así. Sólo venimos a cumplir una resolución judicial. No conocemos el proceso», dice el gestor procesal Javier García -que viene de ejecutar otro lanzamiento en Logroño-. Los encargados del desahucio no saben cómo proceder. Hablan con los responsables policiales y acuerdan tratar de acceder a la vivienda. Se acercan a la barrera humana que aprieta sus brazos, se contrae e impide el paso. «Lo suspendemos hasta un próximo señalamiento. Imposibilidad física de acceder al edificio». Euforia colectiva.

13,55 horas

El desahucio ya está suspendido y Mariam recupera su sonrisa. Baja a la calle y agradece a todo el mundo su trabajo y el tiempo que le han dedicado. «He sentido alegría y ganas de llorar a la vez. Me sigo quedando aquí a vivir. Soy consciente de que van a volver, pero estoy emocionada. Solo espero que la justicia haga su trabajo y lo haga bien».

Segundo triunfo de la PAH.