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PABLO GARCÍA MANCHA pgmancha@toroprensa.com
Domingo, 3 de julio 2011, 02:53
La Feria de Julio de Valencia, escenario elegido por José Tomás para reaparecer tras la cornada de Aguascalientes, supera de largo los abonados de Fallas; en Huelva se ha abonado el 75% de la plaza a todo el ciclo para asegurarse la localidad para ver al de Galapagar. José Tomás arrasa y demuestra que por sí solo tiene más fuerza que el resto del escalafón al completo. Su apoderado, Salvador Boix, acaba de declarar al 'Mercantil Valenciano' que «tal como veo a José Tomás no piensa en irse pronto». Y a pesar de que toree poco, su presencia supone un salvavidas para los empresarios que logran contratarlo ya que tal y como demostró Juan Medina, profesor de Teoría Económica de la Universidad de Extremadura, el impacto económico de cada tarde en la que torea el diestro de Galapagar multiplica por 2,4 la recaudación en taquilla. Como explicó Juanma Lamet en Expansión, durante las temporadas 2007, 2008, 2009 y 2010, José Tomás actuó en 62 corridas, a las que asistieron 757.612 espectadores. Dejaron en taquilla 37,9 millones de euros. Además, los gastos indirectos en hostelería y transporte que produjeron estas corridas representaron 10,2 millones, mientras los efectos inducidos alcanzaron los 43,6 millones. Como explica Medina, contar con la presencia de José Tomás en los carteles supone para una ciudad un impacto económico medio de 1,48 millones de euros. Esta cifra multiplica por cinco el caché estimado del diestro, lo que evidencia una significativa creación de valor que beneficia no sólo a la empresa que lo contrata, sino también y de manera sustancial, a todo el área de influencia de dicha feria.
Y va más allá Medina: si hay una plaza donde la contratación de José Tomás resulta especialmente rentable para la economía local, ésa ha sido sin duda Barcelona. Sus seis últimas actuaciones en la Monumental llenaron los tendidos y generaron en Cataluña una riqueza de 3,16 millones de euros por tarde. Al casi millón de euros de ingresos por taquilla, se suman unos gastos indirectos de 662.000 euros y unos efectos inducidos de 1.518.000. «La economía catalana se ha visto muy favorecida con la presencia de los toros en Barcelona, y podría seguir siéndolo si el Govern de Artur Mas decidiese prorrogar la moratoria que finaliza el 1 de enero de 2012 y que, de hecho, se incluyó a instancias de CiU como enmienda a la ILP sobre la prohibición de las corridas de toros en Cataluña», remata Medina.
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