Roberto Torres Villanueva, de la Federación de Vecinos, recurrió a la fábula de Esopo para contraponer la actitud del ciudadano de a pie con la de la clase política. :: M. HERREROS
LOGROÑO

Las hormigas replican a la cigarra

PSOE y PR sacan adelante el plan económico y financiero con la oposición frontal del PP y el toque de atención de la ciudadanía, que exige una buena gestión y mayor transparencia

JAVIER CAMPOS jcampos@diariolarioja.com

Jueves, 1 de julio 2010, 10:54

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Definitivamente, no se entienden. Ni antes ni ahora. Ni en el Gobierno ni en la oposición. Vicente Urquía y Mar San Martín hablan diferentes idiomas y, según quedó de manifiesto ayer en el pleno del Ayuntamiento de Logroño, ninguno de los dos parece ser comprendido por el ciudadano de a pie. El debate en torno al plan económico y financiero con el que el equipo de Gobierno de PSOE y PR pretende retornar a la estabilidad presupuestaria que obliga la ley a toda Administración local -ante la incredulidad del PP- volvió a mostrar la distancia que a día de hoy separa a los políticos de la calle.

Fue Roberto Torres Villanueva quien, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos, reclamó a unos y a otros «mejora, efectividad y transparencia en su gestión». Y para ello, tirando de fábula, aludió a la historia de la hormiga y la cigarra. «Todos ustedes se han comportado como cigarras gastando todo lo que las hormigas, que somos los logroñeses, hemos ido recolectando», sentenció mientras recordaba que ni en los años de Gobierno monocolor ni en los de gestión 'bipartita' se ha investigado el «sobrecoste excesivo» en los proyectos municipales de uno y otro signo.

Pese al intento, el toque de atención se quedó sólo en eso y Gobierno y oposición se enfrascaron en la disputa que en materia económica mantienen desde el comienzo de la crisis, si bien el concejal de Hacienda se mostró abierto a explicar cada factura y dar cuenta de cada euro gastado ante el colectivo vecinal. Urquía y San Martín repitieron argumentos, datos y coletillas con un Santos al quite para desechar la oferta lanzada por Gamarra: la posibilidad de dejar sobre la mesa el plan presentado y consensuar otro que no implique aumentar la presión fiscal sobre la ya de por sí castigada faltriquera del contribuyente. «No voy a aceptar su propuesta porque usted no es de fiar», espetó el actual regidor municipal a la candidata a la Alcaldía.

No ahorra porque gasta «lo mismo que antes», sube los impuestos y las tasas «y encima» aplaza la amortización de los créditos pendientes de pago... Desde el Grupo Municipal Popular, nada convencidos con lo aprobado por PSOE y PR, se advirtió en todo momento de que es la primera vez que un ayuntamiento de la capital regional se ve obligado a la elaboración de un plan de saneamiento financiero y se achacó a intereses 'ocultos': «Lo hacen porque les obliga la ley ya que de lo contrario no podrían pedir el préstamo que anunciaron hace unos días», dijo una San Martín respondida con inmediatez desde las filas socialistas recordando que ya el PP se vio obligado a presentar un plan similar en el 2006 y sin embargo no lo hizo.

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¿Despilfarro?

Lejos de alcanzar puntos de acuerdo, los responsables económicos de los dos principales partidos con representación en la Corporación se limitaron a acentuar sus diferencias. «¿Dígame dónde está el despilfarro?», cuestionó Urquía. «Estamos gobernando en el 2010 con el mismo gasto que ustedes en el 2006», concluyó el edil después de poner en valor que uno de cada dos euros 'invertidos' por el equipo de Gobierno de PSOE y PR ha ido destinado a protección social, educación, guarderías, política de viviendas y empleo.

«Sigo diciendo que después de gastar a manos llenas nos vienen ahora con una nueva política de falsa austeridad y con un plan que no sólo no ahorra sino que apela directamente al bolsillo del ciudadano y a aplazar pagos, algo en lo que es usted un auténtico experto», acusó San Martín a Urquía. «Lo que cuando ustedes gobernaban calificaban de actualización a nosotros nos lo tachan de subida», protestó el concejal de Hacienda, asegurando que si cada logroñés pagaba hasta 456 euros en el 2006 ahora únicamente desembolsa 420.

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Pero si ya en asuntos económicos el entendimiento fue difícil, llegado el turno de las infraestructuras el acuerdo se tornó imposible. PSOE y PR rechazaron bajo el descalificativo de «mentirosas» las tesis del PP y votaban en contra de una moción con la que la oposición abogaba por la creación de una comisión para actualizar el Plan de Infraestructuras 2005-2015 porque, a su juicio, «no se ha cumplido lo previsto» y apenas se han ejecutado «un vial y dos rotondas». El equipo de Gobierno cifraba hasta en un 75% las actuaciones que, previstas en el mismo, están en proyecto o ejecución. «Son ganas de malmeter», defendía el concejal de Movilidad, Domingo Dorado.

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