Una vida que no se puede concebir sin tu presencia

¡Ay Paco! nos has dejado sin siquiera poder tener esa conversación que teníamos programada. Y a mí, como a muchos, me has dejado atrapado en el sillón, ensimismado y sin reacción. Has ocupado todo mi pensamiento durante largo tiempo. Y, sabes qué, he llegado a la conclusión de que mi vida no puede concebirse sin tu presencia.

Nos conocimos hace más de cincuenta años al comienzo de nuestras respectivas vidas profesionales; tú, recién llegado a Logroño (del que ya nunca quisiste separarte), para llevar la dirección técnica de Savin, la mayor empresa vinícola de La Rioja, y yo iniciándome con mi despacho de abogado. Desde entonces no nos hemos separado. Juntos compartimos nuestros respectivos noviazgos y matrimonios. Acuérdate de tus avatares para llegar a mi boda desde Burdeos.

A partir de entonces juntos hemos disfrutado con otros matrimonios de las cenas de los viernes, dejándonos anécdotas en el Buenos Aires, Iruña, Nobleza, La Chatilla y tantos más que indefectiblemente terminaban en el 'Mere', donde hemos disfrutado tantos y tan buenos momentos y con el que no solo compartimos esos ratos sino que se fueron extendiendo a las anuales comidas por su cumpleaños, incluida la de este, en la que tuvimos la alegría de contar contigo a pesar de tus limitaciones.

Juntos hemos compartido durante muchos años los fines de semana familiares en la finca de Hencho Aranda y en la de Ángel Jaime. ¡Qué hubiéramos hecho sin su piscina llenos de niños cuando la Hípica se colapsaba!

Juntos iniciamos la colección de sellos con subscripción a las novedades que ilusoriamente creímos que llegaría a valer una fortuna. Incluso, por unos meses fuimos mineros con participación en una presunta mina de caolín.

Juntos hemos celebrado año tras año la noche de San Juan y saltado las hogueras, bien en mi finca o en la de Angel Jaime o en casa de los Zuecos (por cierto tengo en casa el ramito de hierbas que no habéis podido recoger). Y juntos compensábamos todos los 22 de diciembre la desilusión de la lotería con la cena en los mazapanes de Antonio García Cuadra.

Desintegrada la UCD por nuestras propias rivalidades internas, otra vez juntos fundamos el Partido Riojano Progresista, hoy solo Partido Riojano (PR). Con él logramos juntos la gran hazaña de poner de acuerdo a los dos partidos mayoritarios para aumentar la mayoría prevista estatutariamente de 3 al 5% el porcentaje preciso para acceder al Parlamento con la vana esperanza de apartarnos de él. Objetivo en el que fracasaron y ahí estuvimos tú y yo levantando nuestra voz regional. ¿Recuerdas con que fuerza resonaban nuestros solitarios aplausos cuando uno u otro intervenía? Asterix y Obelix como nos dibujaba Miguel Ángel Ropero. Solos y juntos.

Juntos igualmente supimos abandonar la política dejando a nuestro partido en su mejor momento, cogobernando en La Rioja. Juntos retornamos con toda normalidad a nuestros respectivos quehaceres y juntos volvimos a comprometernos en la hermosa empresa de crear y poner en marcha la Academia Riojana de Gastronomía, hoy consolidada como referente imprescindible en la defensa, investigación y difusión de este espacio tan representativo de nuestra tierra.

Y de ahí hasta hoy en que el destino te ha llevado a un lugar seguro que mejor. Pero esto no significa dejar de estar a mi lado, como al de Merche y tu familia, solo que ahora con mayor claridad de visión y más capacidad de apoyarnos. Y precisamente es ahora cuando más lo necesitamos.

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