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reunión de la Asamblea Plenaria de los obispos.
Los obispos expresan su inquietud por quienes quieren romper España

Los obispos expresan su inquietud por quienes quieren romper España

El cardenal Blázquez considera que los atentados de París son una "blasfemia"

Antonio Paniagua

Lunes, 16 de noviembre 2015, 13:53

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Los atentados de París y la unidad de España han estado presentes en el discurso del cardenal Ricardo Blázquez. Ante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal. El arzobispo de Valladolid ha pronunciado unas palabras de solidaridad con las víctimas de la matanza para expresar su "profunda conmoción por lo ocurrido".

"El viernes por la noche tuvo lugar en París una enorme masacre terrorista. A todos nos ha producido profunda conmoción. Condenamos enérgicamente el atentado en serie. Protestamos por que se utilice el nombre santo de Dios para justificar. Es una profanación, o como dijo el Papa ayer, una blasfemia. Pedimos al Señor por las víctimas, los heridos y las familias. Que el Dios de la paz nos haga pacificadores", ha dicho el presidente de los obispos.

Contradicciones

Los obispos siguen insistiendo en la defensa de la unidad de España, a pesar de que en la jerarquía católica se vive el problema con contradicciones y tensiones. "Desde este espíritu de lealtad constitucional y de cristiana colaboración al bien común en un Estado de Derecho, como es el nuestro, nos preocupa grandemente la grave situación creada por quienes, al margen y en contra de la ley, pretenden romper la unidad de España".

En continuidad con los mensajes de que los católicos sufren acechanzas por su fe, el cardenal aseguró expresó su inquietud la hostilidad social por el hecho religioso. El pleno periodo preelectoral, en la izquierda española surgen pronunciamiento a favor de que se deroguen los acuerdos Iglesia-Estado, como es el caso del PSOE, pretensión que es compartida por otras fuerzas. "Por eso no deja de sorprender que surjan voces excluyentes del hecho religioso, especialmente de la fe católica en la vida pública y social. Pretensiones políticas que, además de separarse del espíritu y letra de nuestro marco constitucional, que es aconfesional, manifiestan una clara tendencia al laicismo".

Blázquez, suave en las formas, no dijo la palabra corrupción, pero apeló a una regeneración moral de los gobernantes. "Pedimos a Dios que otorgue a los gobernantes la luz, la serenidad y la fortaleza necesarias para acertar en esta complicada situación; para todos pedimos la regeneración ética y la imprescindible confianza en las instituciones que nos hemos dado para garantizar la justicia, el progreso, el orden y la paz social, apuntó.

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