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Cosas veredes

RICARDO ROMANOS

Domingo, 11 de febrero 2018, 23:38

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Sí, me parece muy bien que el exhonorable y tesonero Puigdemont se alquile una mansión en Waterloo por 4.700 pavos mensuales, supongo que más IVA, después de perder la batalla, aunque más cómoda y menos esforzadamente que Napoleón. Se merece un descanso el pelmazo después de tanto trajín, de tanto va y viene, de tanta guerra como nos ha dado. Al fin y al cabo de lo nuestro gasta, no le quepa duda a usted. Cómo me va a molestar, ¿acaso le molesta a usted? Seguro de que no. ¿A que se lo ha tomado a pitorreo? ¿A que le ha hecho gracia? Pues vea usted: hablando de guerra, nos salen ahora los espías de Zoido diciendo que los indepes tenían en sus acaloradas mentes el montarse un ejército de 20.000 efectivos con sus pistolos, sus rifles, sus morteros y demás instrumental para, caso de ser invadida su bella República por el Estado Opresor de Mariano, devolvérsela pintiparada. Y digo yo que los periodistas se adelantaron a las huestes del ministro porque hará un par de meses o tres ya nos informaron de tales aguerridas ínfulas. Disimula disimulando pretendieron adquirir material bélico semipesado para sus Mozos de Escuadra, y alguien les dio el toque de que por ahí no. También se les pasó por la cabeza, o por el bazo, vaya usted a saber, el defender sus costas con una Armada en condiciones. Pero echaron cuentas y llegaron a la conclusión de que igual les salía mejor el negocio alquilando los acorazados, los portaviones y el personal a un «tercer país». A algunos, es un suponer, se les harían los dedos huéspedes pensando en el 3%. A mí me parece todo muy bien, ya dije, porque el mundo se está superpoblando de cretinos a la velocidad de la luz y yo soy islandés, cada vez más y más islandés. Le explico a usted: adquirí mis señas identitarias islandesas de sopetón allá cuando a Mariano le dio por recortarnos y regalarles España a los bancos y las eléctricas para pagar la deuda aquella, aquel dispendio, mientras en Islandia se negaron a acoquinar y metieron a los banqueros en el trullo. Lo vi tan clarísimo como san Pablo. Y ahora más, islandés hasta las cachas desde que el gobierno de mi admirable país ha decretado igualdad de sueldos para mujeres y hombres: a igual trabajo, igual pastizara. Aquí, Mariano se hizo el longuis cuando en una entrevista le preguntaron sobre el asunto, aunque quiso rectificar después de su metedura, haciéndose el longuis de nuevo, quizá pensando en las elecciones que están al caer. Y es que los de Ciudadanos le están amargando los postres electorales. Ah, por cierto, me parecerá de perlas que las mujeres metan caña radical y paren el mundo el 8 de marzo. Y luego todos los días del año, va siendo hora. Pero creo que gilipolleces talibanas como la de esa comisaria de una galería de arte de Manchester, que ha retirado un cuadro de ninfas desnudas del pintor prerrafaelista John William Waterhouse (1849-1917) para «denunciar la cosificación de la mujer», es otro disparate talibán que no beneficia para nada las justísimas reivindicaciones de las mujeres. Para más recochineo, la sala donde se exponían desnudos femeninos del siglo XIX se denominaba En busca de la belleza, y se le ha cambiado el nombre porque al parecer lo de la belleza femenina es otra cosificación: «Hay que aprovechar el fenómeno creciente de concienciación para hacer autocrítica», ha dicho la doña. Estamos asistiendo a una oleada de puritanismo, a un tsunami de «corrección política» absolutamente liberticida. Y los que vivimos aquel infecto e inquisitorial nacionalcatolicismo franquista asistimos patidifusos al invento, esa asquerosa «nueva moral» aun peor. En fin, cosas veredes que farán fablar las piedras. Y a seguir aguantado con lo de Puigdemont, mi querido Sancho, que tiene tela el aburridor asunto...

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