Llevan tiempo algunos agoreros -cada día más, por cierto- profetizando que este país llamado España está al borde de la ruptura, que es urgente blindar ... su unidad por encima de todas las cosas, así como defender a capa y espada la honorabilidad de su bandera como sacrosanto escapulario.
¡Como si fuera fácil romper España! Ya lo vaticinó el canciller Bismark hace siglo y medio: «Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido».
Y sobre la inviolabilidad de la bandera, de cualquier bandera (bicolor, tricolor, cuatribarrada, roblanvera, con barras y estrellas...) como prioritaria urgencia de los verdaderos patriotas, lean esta reflexión de Mario Benedetti: «Patrias de nylon. No me gustan ni las banderas ni los himnos».
Las verdaderas Urgencias las padecen los españoles, en este caso los riojanos, a causa de los recortes que la sanidad pública lleva soportando desde que estalló la crisis que todo lo justifica. Esa maldita crisis en la que escudan las rebajas de los salarios, la multiplicación de los contratos basura o la desatención de la salud y de la educación públicas.
Urgencia para los ciudadanos es sufrir cómo los servicios de Urgencias llevan días colapsados en La Rioja. Ni el encomiable trabajo del personal sanitario ni su competente profesionalidad son suficientes para frenar el caos y la masificación. «Es la epidemia de gripe, consustancial al frío y a la niebla». ¿Es que acaso no hace frío y niebla todos los inviernos?
Por favor, dejen ya de torearnos con sus patrias de nylon y busquen una solución sin parches a lo que en verdad es urgente.
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