Hasta que no permitan viajar entre provincias no voy a abrir el restaurante, si lo abro antes las pérdidas serán todavía mayores», me decía un ... amigo cocinero al que llamé para ver qué tal iba todo. «La mayoría de mis clientes son de fuera de La Rioja, así que hasta que no se levante el estado de alarma no me compensa abrir, sería abrir para tener que cerrar del todo al poco tiempo».
Aunque se pueda viajar entre provincias esto no va a ser la solución a todo, hará falta que los españoles nos animemos a viajar por nuestro país, a consumir y a comer y dormir fuera de casa. Ya podemos hacerlo porque no sé cómo se va a cubrir el descenso de turistas extranjeros en nuestro país, con todo lo que supone de impacto en la creación de empleo y riqueza.
El año pasado nos visitaron casi 84 millones de turistas. El turismo supone el 14,6 % del PIB es España, en torno a 176.000 millones de pesetas y 2,8 millones de empleos. La calidad de nuestro sector turístico es extraordinaria, nuestra hostelería es una de las mejores del mundo. Por algo somos el segundo país del mundo en turistas internacionales. Frente a esta realidad tenemos al ministro de Consumo, ¡que es economista!, Alberto Garzón, proclamando que el sector turístico es «estacional, precario y de bajo valor añadido», algo que es de una negligencia y de una irresponsabilidad cósmicas. Es una muestra del gobierno que sufrimos.
Algunos se quejaban, sobre todo en las grandes ciudades, de los turistas, ¡y de qué manera! Llegaron a hacer bandera de la turismofobia y a poner trabas a los visitantes extranjeros, como si les perdonásemos la vida por venir. La pandemia del coronavirus ha sido una cura de humildad para todos y ha hecho que nos demos cuenta de lo que de verdad importa, en la vida y en la economía, y nos importan los turistas, ¡y mucho!
El turismo es un sector clave para nuestro país. Cuando salgamos del estado de alarma, veremos el impacto real de la pandemia en la economía y en este sector. Tendremos que apoyar, y mucho, al turismo. Para empezar, viajando este verano por nuestro país.
Me imagino a los que apedreaban autobuses turísticos acompañando al ministro de Consumo, juntos en amor y compañía, recibiendo ahora a los turistas extranjeros con un ramo de flores a pie de avión, diciéndoles que les queremos, que les echamos de menos comprando nuestros productos, consumiendo nuestros vinos y comiendo en las terrazas de los bares en la Diagonal o en la Castellana. Ha tenido que venir una pandemia para que a algunos se les quite la tontería y pasen de la turismofobia a la turismofilia.
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