Tirón de orejas

El tirón de orejas propinado ayer por la Comisión Europea al plan presupuestario español constituye una seria advertencia al optimismo del Gobierno socialista. Bruselas le ha transmitido a las claras que no se cree las estimaciones oficiales de ingresos y gastos para el próximo año, cuadradas a martillazos para que ofrecieran sobre el papel el resultado apetecido. Las previsiones macroeconómicas de otoño de la UE cuestionan la credibilidad de las Cuentas de Pedro Sánchez al augurar un déficit del 2,1% para 2019, tres décimas superior al incluido en el borrador. Además, revisan a la baja el crecimiento esperado en un escenario de desaceleración global. La «incertidumbre» que suscita al Ejecutivo comunitario las cifras del Gobierno se extiende, con cierto alarmismo cuyo fundamento está por comprobar, a los eventuales efectos negativos en la creación de empleo de la subida del salario mínimo a 900 euros mensuales, la medida estrella de los Presupuestos. Acierte o no Bruselas en sus cálculos, resulta difícil extraer de ellos la evaluación «satisfactoria» que extrajo ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.