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Pensar el voto

Pensar el voto

Editorial ·

Es importante que el día de reflexión sirva también para que los candidatos detengan la carrera y se dispongan al ineludible diálogo que se inicie tras el escrutinio

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Sábado, 27 de abril 2019, 11:54

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La campaña electoral llegó ayer a su fin tras un largo período en busca del voto, y cuando los candidatos que se presentan a los comicios de mañana están a punto de pasar el relevo a quienes aspiran a ser elegidos en las europeas, autonómicas y locales del 26 de mayo. La campaña ha sido bronca por momentos, con intervenciones cargadas de descalificaciones y de tremendismo, y con medias verdades y falsedades que circulan sin que quienes las han utilizado teman ser castigados electoralmente por ello. El anunciado incremento de la fragmentación partidista dará lugar, con toda probabilidad, a un panorama parlamentario más polarizado que nunca desde 1977, entre partidos que se sitúan en los límites del marco constitucional y que condicionan el comportamiento de las formaciones más centradas en el tablero político. Es esto último lo que concede especial relevancia a las generales de mañana; puesto que es de temer que a las dificultades para que el país se dote de una mayoría estable en el gobierno de las instituciones se le sumen muy serias reservas partidistas a la hora de procurar consensos básicos en materias sensibles para la concordia social. Puede que el mantenimiento legal de un 'día de reflexión' como víspera electoral no tenga demasiado sentido; pero es evidente que lo que el país se juega en la jornada de mañana da mucho que pensar. Siendo preocupantes los niveles de confrontación y de incompatibilidad mutua que ha mostrado la campaña electoral, el problema se agravaría si tras el escrutinio de las generales y a menos de un mes de los próximos comicios los candidatos que resulten elegidos mañana y sus respectivas formaciones no rebajan el tono de la liza. Recuérdese que las Cortes Generales deberán constituirse horas antes del 26-M; cuando entra dentro de lo posible que el recuento de mañana no despeje -o no despeje del todo- la incógnita de qué mayoría se abrirá paso para la gobernación de la nueva legislatura. Este 'día de reflexión' no va dirigido únicamente a los ciudadanos con derecho a voto, para que puedan resolver las dudas que alberguen y decidir el voto. Es importante que sean también los dirigentes políticos, los propios candidatos, quienes detengan la carrera y se dispongan al ineludible diálogo que se inicie tras el escrutinio de mañana. Hoy debería ser un sábado de distensión que prometa a los españoles un lunes 29 de abril del que desaparezca todo dramatismo, como estímulo necesario para que la gente acuda mañana a votar, haciendo del domingo electoral un día de fiesta por la democracia.

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