La mejor sanidad del mundo
QUE QUEDE ENTRE NOSOTROS ·
Nada va a ser igual después de esta pandemia». En todas las conversaciones de este confinamiento es una de las frases más repetidas, junto «esto ... ha venido para quedarse», «hay que reinventarse», y el no va más es ese eufemismo de «nueva normalidad» que estamos ya hartos de escuchar. Coletillas que se cuelan en nuestro cerebro de tanto oírlas, y que en el caso de nueva normalidad nos lleva a considerar como normal una situación que es absolutamente anormal.
Uno de estos mantras que siempre oímos es que España tiene la mejor sanidad del mundo. Es verdad que tenemos un personal sanitario extraordinario, ejemplar, admirable, lo estamos comprobando a lo largo de esta pandemia. Es tan excelente que exportamos médicos y enfermeros a otros países, después de gastarnos un dineral en formarlos en España, porque aquí cobran mucho menos. Pero es verdad también que las cifras de nuestras infraestructuras sanitarias no se corresponden con el mantra de la mejor sanidad del mundo.
España tiene tres camas de UCI por cada 1.000 habitantes, lo mismo que Nepal. Mientras tanto, Alemania tiene 8,3 camas por cada 1.000 habitantes. Francia 6,5; Mónaco 13,8; Japón 13,4; Rusia 8,2 y Austria 7,6. Que seamos uno de los países del mundo con la peor tasa de mortalidad por coronavirus, además por la lamentable y negligente gestión por parte de este gobierno incompetente, está relacionado también con los medios de nuestro sistema sanitario. Pero seguimos diciendo que España tiene la mejor sanidad del mundo.
España tiene 3,88 médicos por cada 1.000 habitantes, frente a los 6,3 de Grecia; 5,18 de Austria o 4,45 de Portugal y Suecia. En enfermeras, España tiene 5,74 por cada 1.000 habitantes, muy lejos de la ratio de 12 de Alemania e Irlanda; o el 10,8 de Francia. Pero seguimos diciendo que España tiene la mejor sanidad del mundo.
Hemos sido capaces, a pesar de estas cifras, de ser el mejor país del mundo en trasplantes, gracias a ese héroe nacional que es Rafael Matesanz. Nuestra sanidad es accesible y universal, faltaría más, pero tenemos mucho que mejorar en cuanto a los recursos. Necesitamos más médicos, más enfermeras, mejor pagados, más camas de hospital y más camas UCI. En lugar de tirarse los trastos sanitarios a la cabeza, lo que tendrían que hacer los partidos políticos es firmar un pacto en el que se comprometan a incrementar paulatinamente el presupuesto destinado a sanidad y a investigación biomédica para tener, de verdad, la mejor sanidad del mundo.
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