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MANERAS DE IRSE

MANUEL ALCÁNTARA

Lunes, 17 de septiembre 2018, 23:29

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La primera causa de muerte es estar vivo. Por eso, la ministra de Sanidad, Carmen Montón, quiere poner en marcha un plan disuasorio que nos explique que la vida, aunque no sea bella, siempre es vida y constituye una experiencia única. En España, comparativamente, no son tantos los que presentan su dimisión irrevocable, que no admite arrepentimientos, en el oficio de vivir. Son muchos más los que lo intentan sin conseguirlo y no todos prueban a hacerlo otra vez. Ya que como en casa de uno no se está en ninguna parte aunque no conozcamos las otras. El padre Rubén Darío nunca objetivó de verde a la esperanza, sino de celeste, que hay quienes dicen que no es un color y se parece al que tenían antes de dimitir del de antes.

El problema fue tabú en España durante muchísimo tiempo porque estaba prohibido matarse, si bien no con la pena de muerte, pero sí con la de cárcel. La piedad nunca ha sido una de nuestras virtudes y en otros tiempos se condenaba a una pena de vida al que intentaba poner fin a la suya sin contar con la autoridad competente.

Nuestra señora es la estadística y prueba que hay muchas más personas que intentan matarse sin éxito que los que lo consiguen, generalmente por venganza, el grito callado de «ahí os dejo en esa pocilga», pero hace falta tener mucha puntería para tirarse a matar y marrar en el disparo. Así que lo mejor es prevenir, ya que los suicidas no acostumbran a tomar su decisión de un día para otro. Anteayer se celebró que el suicidio haya causado menos muertes en España que los accidentes de circulación. Es un buen camino, sobre todo cuando no hay otro.

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