TAN LEJOS, TAN CERCA
Concha Andreu y sus acompañantes llegaron ayer a Pamplona en menos de una hora. Rápido y cómodo viaje por una autovía que costó muchísimo tiempo terminar. Hace menos de cinco años, ambas regiones estaban separadas por un gran río y varias rotondas que a veces parecían más complicadas de rebasar que el muro de Berlín. 'Idiosincrasias políticas' algunos lo llamaban. Otros preferimos definirlo como 'falta de comunicación'. Que las carreteras hicieron mucho. Pero también la forma de ver las fronteras, los reinos, los impuestos, los vinos...
Navarra y La Rioja tienen mucho en común. Compartimos lenguas, que aunque en ambas no se hable euskera, aquí están los primeros escritos junto a los del castellano. Compartimos reyes, jotas, afición por la pelota, el buen comer y denominaciones de origen varias: espárrago para ti, vino a medias para mí.
Y ahora también compartimos mujeres presidentas. Aunque hay que decir que los navarros siempre vamos un poco adelantados como dice la jota 'Navarra siempre p'alante' y ya tuvimos mujer en el Palacio.
Pero ahora la cosa es diferente. Ambas son socialistas con gobiernos en coalición. Y ambas tienen ganas cambiar un poco el enfoque y que la cooperación entre ambas comunidades no se quede en palabras, traspaso de peregrinos, estudiantes, y viajes de 'Bla bla car' y La Estellesa.
Porque los navarros, por una extraña razón, siempre hemos mirado hacia el norte y el oeste. Y los riojanos, siempre observaron al navarro de lado, por si acaso, no vaya a ser que...
Ayer fue un encuentro afectuoso entre dos mujeres que conocen bien las tierras bañadas por el Ebro. Una de Calahorra, otra de Cintruénigo. La Ribera domina parte de la Ebroregión soñada por algunos. Y por el buen entendimiento entre ambas y su buena voluntad, la cosa puede ir bien. Solo hace falta que no se tuerza la cosa o que, como todo en la vida política, se quede en el camino. Que haya voluntad y no solo bonitas palabras.
