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MANUEL ALCÁNTARA
Viernes, 30 de noviembre 2018, 23:40
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Lo que la OCDE le pide a España es que centre el gasto social en las rentas más bajas, ya que las más altas se ocupan ellas solas en subírselas. El 20% de la población más rica gana seis veces más que el 20% de los más pobres mientras seguimos hablando y escribiendo de justicia social. Por eso hay quienes creen que Rufián somos todos, unos más y otros muchos más. El personajillo que escupió a Borrell o amagó con escupirle es un maestro de profesión que cada vez tiene más discípulos fuera de su área y muchos catalanes le confían la educación de sus hijos, incluso la de los que no quieren ser españoles. ¿Cómo se puede centralizar el gasto social en las rentas bajas si todas lo son para los que cobran menos y solo ganan para disgustos?
Por eso hay quienes creen que Rufián somos todos, unos con más vocación que otros pero con ímpetu semejante. Nuestros problemas más urgentes son los que permiten un aplazamiento más largo. El miedo a la verdad se ha convertido en pánico porque nos está haciendo menos libres y más prisioneros. Lo que nos pide la OCDE es nada menos que centremos el gasto social en las rentas más bajas, esperando que crezcan ellas solas.
Lo que hemos dado en llamar 'rufianización' nos abarca a todos, aunque empezar en Cataluña, que hace mucho tiempo que no quiere ser española. ¿Cómo se puede centrar el gasto social en las rentas más bajas sin bajárselas a todos? Escupir para arriba estando tumbados tiene esos riesgos. Hay que correrlos juntos porque separados es peor. Crecen por su cuenta y las cuentas no salen. Ni saldrán hasta que no haya nuevas elecciones generales.
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