Borrar

Declaración de bienes

Sánchez se equivocaría si pretendiera demostrar que sus ministras y ministros son más ejemplares que los de Rajoy

Jueves, 4 de octubre 2018, 23:24

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La decisión del Gobierno de hacer pública la declaración de bienes de sus actuales integrantes y de quienes formaron parte del último Ejecutivo Rajoy, tras la aprobación del correspondiente reglamento en el Consejo de Ministros de hoy, no debería elevar el tono de la confrontación partidaria, trasladándola al ámbito de la comparación entre el patrimonio que poseen socialistas y populares. Si Pedro Sánchez ha recurrido a esta vía con el propósito de contrarrestar las revelaciones sobre sus ministras y ministros, se equivoca gravemente. No sólo porque sería tanto como hacer uso del BOE con afán de desquite; también porque alimentaría una espiral desquiciante para la política y para las propias instituciones que, inevitablemente, se volvería en contra del propio Gobierno. La declaración de bienes responde a la necesidad de que haya una constatación pública sobre en qué situación patrimonial acceden las personas electas o designadas al cargo público, y en qué condiciones económicas quedan tras desempeñar su cometido institucional. La transparencia al respecto no debería alentar juicios sobre circunstancias patrimoniales ajenas a las obligaciones derivadas del ejercicio de cargo público, a no ser que afloren indicios de un enriquecimiento ilícito anterior o de un conflicto flagrante de intereses. Todo lo demás tiende a situar la cuestión al borde de una morbosidad rayana en la demagogia y el populismo. Pedro Sánchez se presentó y presentó su gobierno como respuesta ética a la podredumbre de la corrupción que Rajoy habría tratado de disculpar e incluso encubrir. Pero incurriría en una grave equivocación si pretendiera demostrar que sus ministras y sus ministros son más ejemplares que los de Rajoy. Como si cuatro meses después de su investidura tratase de reeditar la moción de censura que le condujo a la Moncloa, esta vez en forma de una competición entre defectos y virtudes de cada equipo ministerial. Es legal y legítimo que Pedro Sánchez haga público el estado de los bienes de quienes hayan portado alguna cartera ministerial en los últimos años. Pero siempre y cuando ni él ni los integrantes de su Consejo de Ministros añadan comentario alguno al respecto, ni lo induzcan. A no ser que descubran algún caso susceptible de ser denunciado ante la Justicia. El presidente Sánchez debería tener en cuenta que cada presumible acierto en su ejecutoria ha devenido en revés desde que está al frente del Gobierno. El hecho de que se haya tenido que enfrentar a revelaciones aviesas no resta verdad a informaciones que ponen a prueba la coherencia de su mandato.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios