Secciones
Servicios
Destacamos
MANUEL GÓMEZ JIMÉNEZ
Martes, 29 de agosto 2017, 23:28
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El 24 de agosto de 1719 Lorenzo González fue quemado en Logroño tras celebrarse un Auto de Fe y ser condenado por la Inquisición. El gran delito de este hombre fue su fe judía.
No se llamaba ni Benjamín ni Salomón ni Isaac. Era un González como podía haber sido un Rodríguez o un Fernández.
Habían transcurrido más de 200 años desde la expulsión de los judíos y seguía con su fe clandestina hasta ser descubierto y condenado. Quedaba lejos la quema de las brujas de Zugarramurdi en 1610. En 1719 ya reinaban en España los Borbones, el Marqués de la Ensenada era un joven y aún no se habían construido las torres de La Redonda.
En la plaza pública de Logroño, al comienzo de la calle Portales de hoy, se condenó a Lorenzo González a ser quemado vivo al otro lado del Ebro en el lugar llamado de los quemados, en el entorno del actual cementerio. El secretario de la Inquisición levantó acta minuciosa y escalofriante del cumplimiento de la condena. Años más tarde alguien quedó tan impresionado que encargó una copia literal y es la que se conserva en el Archivo Histórico de La Rioja.
Así como en el 2010 se celebró el Cuarto Centenario del Auto de Fe de las brujas de Zugarramurdi, esperamos que en 2019 se celebre el Tercer Centenario del Auto de Fe de Lorenzo González, quemado por la Inquisición de Logroño. Sería justo recordar su memoria y la de tantos como él colocando una placa junto a la de las brujas de Zugarramurdi. Quedan dos años hasta el 24 de agosto del 2019.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.