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Honor y gloria al almirante Cervera

CARLOS MIGUÉLEZ VARA

Miércoles, 25 de abril 2018, 23:55

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La semana pasada, Ada Colau, alcaldesa de la ciudad de Barcelona, presidió un acto en su ciudad en el que se cambiaba el nombre de la calle Almirante Cervera por el de Pepe Rubianes. La alcaldesa se permitió llamar «facha» al almirante don Pascual Cervera y Topete al tiempo que borraba su nombre de la memoria de su ciudad.

Don Pascual Cervera figura por derecho propio en el panteón de los héroes navales de nuestra Patria. En 1898 le cupo el dudoso honor de comandar la flota que salió del puerto de Santiago de Cuba al encuentro de la escuadra norteamericana del almirante Sampson. Estando en total desacuerdo con las órdenes recibidas desde Madrid, y sabiendo que el resultado no podía ser otro que la derrota con la pérdida de sus barcos y la muerte de la mayoría de sus hombres, salió al encuentro de un enemigo muy superior, tanto en número como en calidad de sus buques, entablando un feroz combate que sólo podía tener un triste desenlace.

Pese a las críticas a su estrategia, cumplió con lealtad con su deber de marino.

Sobrevivió al combate y fue capturado primero por los insurgentes cubanos y después por sus enemigos norteamericanos que lo trataron con toda deferencia y le rindieron honores. Su cuerpo reposa en el panteón de marinos ilustres, en Cádiz.

La ciudadana Colau (no la llamo señora porque no lo es ni lo será nunca), además de retirar el pequeño homenaje que le rendía Barcelona en forma de calle menor, se ha permitido el lujo de denigrar su figura llamándole «facha», con lo cual no sólo demuestra su sectarismo y odio sino también una ignorancia supina al llamar 'facha' a una persona que murió mucho antes de que dicha significación política tuviese sentido. Y, por por encima de todo, demuestra una inconcebible mala educación, impropia de quien ostenta cargo tan importante como la alcaldía de la segunda ciudad de España.

Y qué méritos artísticos atesoraba el finado Pepe Rubianes para merecer el alto honor de sustituir al almirante Cervera en el callejero de la Ciudad Condal. Sin duda, en ellos, su famosa frase «a mí, la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás; que se metan a España en el puto culo a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario» , frase vomitada en un programa de la televisión autonómica catalana, mientras era jaleado por el presentador y la turbamulta que asistía al programa.

Pues así están las cosas. Una individua, militante de la extrema izquierda más radical, rancia y filonacionalista, desempeñando un cargo para el que no tiene la mínima formación, con un bagaje intelectual dudoso y una ignorancia sonrrojante, borra de su ciudad el nombre de un marino ilustre y lo cambia por la de un sujeto cuya mayor contribución a la cultura patria son, entre otras, las deyecciones verbales anteriormente mencionadas.

Honor y gloria al almirante Cervera y a cuantos dedicaron su vida al servicio de España.

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