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Catolicismo, islam y Estado aconfesional

ROSA Mª LÓPEZ GARCÍA

Martes, 1 de mayo 2018, 23:34

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Últimamente estamos leyendo en la Prensa, o escuchando en los informativos, noticias sobre un tema que afecta principalmente a padres con hijos en edad escolar: el islam en las escuelas.

Los europeos que viajamos a países musulmanes tenemos que adaptarnos a sus costumbres y aceptarlas, en el caso de las mujeres, por ejemplo, tenemos que entrar cubiertas en las mezquitas y tenemos lugares vetados. Si no lo aceptas, no vayas. Es lo justo. Es su país y sus costumbres.

Aquí, sin embargo, estamos empezando a adaptarnos a ellos. ¿En qué país musulmán se enseña el catolicismo? ¿En qué país musulmán los católicos se manifiestan y piden cambios en favor de su religión? Sería perder el tiempo.

Cuando yo hice la preparación para la comunión o la confirmación (no soy católica practicante, pero hice la comunión y me confirmé), tuve que ir a la iglesia de mi zona a hacer dichas preparaciones.

No soy partidaria de las clases de religión en las escuelas y mucho menos de la enseñanza del islam. Si los musulmanes en sus países acuden a las mezquitas, ¿por qué aquí no?)

En el Título I de nuestra Constitución, 'De los derechos y deberes fundamentales', en el Título I, capítulo segundo, sección 1ª, artículo 16, se trata la libertad de religión y se afirma que ninguna religión tendrá carácter estatal. Ergo, estamos en un Estado aconfesional, por lo que, con lógica, no debería estudiarse ninguna religión en los colegios. Ni la católica ni la musulmana.

No estoy en contra de que conozcamos la religión de nuestros padres, pero sí lo estoy en que se considere una asignatura y mucho más en que se enseñe el islam.

Si estamos, como votamos en nuestra Constitución, en un Estado aconfesional, la religión, sea la que sea, debería aprenderse en los lugares como iglesias o mezquitas, no en las escuelas.

Demos libertad, eso sí, para que unos y otros conozcan su religión, pero no las convirtamos en asignaturas de examen y que se enseñen (que no se aprueben o suspendan) donde realmente deben enseñarse, en los lugares de culto correspondientes.

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