Una victoria que provoca alergias

Se cumplen ochenta años de la capitulación nazi ante el Ejército Rojo, rubricada un 9 de mayo (pasaba la medianoche en Moscú) por parte del ... mariscal Keitel. No hay constancia de que las tropas soviéticas humillaran y vejaran al militar nazi, sin duda algo que hubiera sido más que justo. Se ponía fin a la guerra en Europa con el aplastamiento del nazismo y la liquidación de buena parte de sus jerarcas (entre ellos, el propio Keitel). Lamentablemente otros, junto a los grandes capitalistas que financiaron alegremente la aventura nazi, saldrían indemnes gracias a la complicidad de las autoridades políticas norteamericanas, de la Alemania Occidental o de la España franquista, que los acogieron gustosos para aprovechar sus aptitudes o prósperos negocios, algunos de cuales florecieron gracias a una mano de obra esclava y cuyas firmas aún perduran. Una aniversario que va a pasar convenientemente disimulado, cuando no abiertamente adulterado por unos (Unión Europea) y otros (gobierno nacionalista y burgués ruso).