Ya, en el mes de mayo, se habla y se escribe sobre la vendimia 2020. Pensamos que son ideas imbuidas por volumen posible, más que ... por calidad.
Es precisamente la calidad que nos interesa y pensamos que es difícil por ahora anticipar algo en este sentido. Recordamos tres cosechas memorables: 1964, 1972 y 2005. Y repasamos indicios de anticipación.
1964. - Calificada como la mejor cosecha del siglo XX. El proceso madurativo fue perfecto, aunque hicimos las primeras fotografías de mildeu en hoja.
Fue dominante mucho calor, y no presentíamos la gran calidad, pues fue una cosecha copiosa. Pero al final fue mucha uva y mucha calidad. A lo sumo presentíamos la calidad en agosto.
1972. - Creemos que fue la peor cosecha que hemos conocido. Y los antecedentes fueron elocuentes. Heladas de primavera rematadas por nieve el día de San Pedro. El ciclo vegetativo fue muy corto y el tempranillo se vendimió, no hubo más remedio, con valor de 4º de déficit.
En Haro fueron vinos de 7º de alcohol y en Alfaro de 10º. Un desastre en el ámbito de una gran demanda.
Y en 2005 fue perfecta la cosecha. Acaso la mejor del siglo XXI. Y técnicamente con menos problemas que la del 1964, que dejó una estela de «claretes» dulces durante meses.
Pero la salida del envero fue precoz y perfecta, con el hollejo cargado de ceras y de levaduras saccharomyces.
Nos consideramos un técnico privilegiado, pues tanto en 1964 como en 2005 nos sorprendió la calidad estudiando entre cepas.
La calidad de 1964 se veía venir en agosto y la de 2005 también, aunque ésta más nítidamente. Y la no calidad de 1972 se veía venir desde el día de San Pedro.
En esta columna estaremos atentos ante los indicios de la cosecha del 2020.
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