Nunca me entero de nada

Aquí no hay quien duerma

Sábado, 11 de octubre 2025, 10:34

Y no me estoy refiriendo a los fines de semana en el Casco Antiguo logroñés, que tampoco, sino a los muchos y publicitados desvelos de ... nuestro presidente de Gobierno. El señor Sánchez no pudo pegar ojo la fatídica noche en que la flotilla de intrépidos libertadores se acercó a las aguas israelíes, y al verlo ojeroso y demacrado uno ya se preocupa y se pregunta si no vendrá sufriendo estos insomnios desde el lejano 2019. A saber: «Yo no dormiría tranquilo si fuera presidente con ministros de Podemos». Como para hacerlo a pierna suelta. A su vicepresidenta segunda, en la nochecita de marras, le vino uno de esos repentes en los que nos reconocemos todos los compatriotas por encima de diferencias regionales: tanto valen para un remangado sujétame el cubata como para echarle un órdago al Tzahal al completo. Debió liarse con el nombre de la fragata que la Armada había enviado de acompañamiento, 'Furor', y poco faltó para aquello de «a mí, Sabino, el pelotón que los arrollo». Puestos a lo carpetovetónico, también podía haber tirado del «más vale honra sin barcos», cual nueva Méndez Núñez frente a las costas del Callao. Ahora a nuestra vicepresidenta segunda le asalta la duda sobre si al señor Sánchez solo le mueve el postureo, y, como es gallega y uno no sabe si sube o si baja, no nos queda claro si estamos ante un caso de flagrante ironía. Menos mal que el señor Sánchez es un águila y las ve venir antes que nadie, no en vano la primera decisión que tomó al llegar a la Moncloa fue renovar el colchón de la cama donde dormían Mariano y Elvira, no fuera cosa de que se le pegase algún ácaro fachilla. Que, por cierto, ¿alguien puede imaginar a Mariano comiendo techo por otra cosa que no fuese algún lance arbitral? Eso era lo bueno que tuvo siempre ser de derechas, del «haga como yo, no se meta en política», al Marca y el Cardhu 12 años, uno no se rompía la cabeza con las cosas de la ideología y dormía a pierna suelta acunado con los arrorós del Ibex-35. Algo así le debieron prometer a Feijóo para que abandonase el dulce orballo y las mayorías absolutas de la suave tierra galaica. Tú no hagas nada y el Gobierno caerá como fruta madura, y ahora mírenlo, desgafado y desatado, con ese aire de perplejidad que se nos pone a los miopes cuando nos quitan las lentes. Pobre Albertiño, otro que tal baila con los ansiolíticos, obligado a dárselas de bárbaro y comeniños con el aborto, la inmigración, o el fin del mundo si llegara el caso, porque Vox se le come la tostada. Al final van a caer en la trampa de sumar peras con manzanas: entre una derecha marianista, gandulona pero democrática, y otra nostálgica de la lucecita insomne del Pardo, yo tengo pocas dudas. Visto el percal, a quién le puede extrañar el mal dormir crónico que sufrimos los españoles. Más de la mitad es incapaz de dormir el mínimo de horas aconsejadas, un 14% pasa las noches de turbio en turbio, y cada día se consumen más de ochenta millones de somníferos. Aquí no hay quien duerma. Así es que, ¿les importaría bajar todos un poquito la voz?

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