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EDITORIALES

Asunto amortizado

Es indignante que haya ciudadanos franceses que se autodenominen 'artesanos de la paz'

PPLL

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:10

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El presidente Rajoy se mostró lapidario ayer, en la clausura del congreso del PP vasco, al advertir de que «no habrá nada a cambio de nada porque nada puede haber». Al otro lado de la frontera con Francia, en Biarritz, se dieron cita los supuestos 'facilitadores' del desarme etarra anunciado para el próximo 8 de abril, que, en presencia de los dirigentes de Sortu Arnaldo Otegi y Rufi Etxeberria y de la portavoz de EH Bildu Maddalen Iriarte, quisieron dar notoriedad a una iniciativa que, según sus palabras, buscaría alcanzar una paz «sin vencedores ni vencidos». La posición del Gobierno español es inapelable y responde a los principios que han de regir en la actuación del Estado de derecho. El desarme anunciado como 'unilateral' por parte de una trama clandestina no entraña obligaciones ni explícitas ni implícitas para los poderes democráticos. Más allá de que estos valoren su alcance real y se cercioren de hasta qué punto la operación podría servir para deshacerse de pruebas respecto a los crímenes de ETA pendientes de esclarecer. Frente a ello nos encontramos con el empeño de la banda a punto de desarmarse de obtener contraprestaciones publicitarias que endulcen su desistimiento ante sus adeptos, con la fórmula de derivar el protagonismo hacia personas que supuestamente ejercerían de mediadoras para el ritual de la entrega de sus depósitos y, en definitiva, no verse vencidos. Si no provocara una sentida indignación entre quienes más padecieron el acoso etarra sería hilarante que esas personas se atrevan a autodenominarse 'artesanos de la paz' cinco años y medio después de que ETA anunciara el cese definitivo de sus actividades terroristas. Es una denominación profundamente injusta respecto a las miles de mujeres y a los hombres que durante décadas se esforzaron en deslegitimar el uso de la violencia de persecución que empleaba la banda etarra y fueron perseguidas por ello. Pero el episodio da cuenta también de la irrealidad en la que se obstinan en moverse los residuos de ETA y sus próximos. El viernes consiguieron hacerse notar porque era 'Le Monde' el medio que daba cuenta de la noticia, buscando con ello conferir un halo de notoriedad internacional a un asunto doméstico. Pero basta comprobar la nula presencia del anuncio en la prensa gala para concluir que el de ETA sigue siendo un problema español y vasco amortizado.

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