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SOCIEDADES SECRETAS

MANUEL ALCÁNTARA

Viernes, 16 de diciembre 2016, 23:40

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Exageran los que dicen que las tres cosas más difíciles de ocultar son la tos, el fuego y el amor. Según las penúltimas investigaciones del Tribunal de Cuentas, hay 31 empresas que han ocultado facturas de gastos electorales del PP por un importe de tres millones de euros. Ellos sabrán cómo se lo gastan, pero para nosotros lo que era un secreto a veces es ya un secreto a voces. El mérito mayor sigue siendo el de los que ocultan incluso lo que no tienen. Mi dilecto Carlos Aganzo acertó al decirlo en unos versos que son como hombres: «Bienaventurados sean los pobres, pues de ellos es el reino de los pobres». A algunos ídolos de la afición le está moviendo el pedestal la Hacienda Pública, que somos casi todos. La sociedad de Raúl, excapitan de la selección española y del Real Madrid, está en suspensión de pagos, con una deuda de 14 millones de euros, y eso siempre conforta a los envidiosos. En una votación ganarían por mayoría absoluta porque aunque sea un pecado universal, aquí hemos hecho delegaciones provinciales y locales. Incluso catetas.

Las auténticas sociedades secretas son siempre para uno. Si hay dos ya no son secretas, porque el amigo de máxima confianza también tiene un amigo en el que confía máximamente. De ahí el enredo de algunos futbolistas, acostumbrados a jugar en equipo. Higuaín, Pastore y Di María escogieron a Holanda para establecer un consulado de sus paraísos fiscales y ahora se las están dando con queso. Llevaba razón don Francisco de Quevedo, que en su 'Defensa de Epicuro' dice que la infamia ajena es siempre la más creíble en España porque además añade. Pocos oyen murmurar de otros que no les parezca deleite, asegura el sublime y avieso cojitranco. Por eso, aunque muriera en 1645 sigue siendo el que mejor nos representa después de Cervantes. Pero Cervantes no era de este mundo aunque habitara entre nosotros. Para comprendernos y explicárselo a los demás.

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