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Javier Ardines, el pasado día 17. :: Alberto Morante / efe
Los vecinos oyeron una fuerte discusión dos horas antes de hallar el cadáver del edil de IU

Los vecinos oyeron una fuerte discusión dos horas antes de hallar el cadáver del edil de IU

La autopsia confirma que el político asturiano Javier Ardines fue asesinado de varios golpes en la cabeza

LUCÍA RAMOS

LLANES.

Sábado, 18 de agosto 2018, 00:10

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Una fuerte discusión rompía, en torno a las seis de la mañana del jueves, la calma que habitualmente reina en Belmonte de Pría. Dos horas después, un vecino de la zona encontraba el cadáver del concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Llanes (Asturias), Javier Ardines González, tendido sobre el asfalto del camino que conduce a su vivienda. Según pudo saber este periódico, los vecinos de un chalé ubicado en el mismo camino se despertaron sobresaltados «pasadas las seis de la mañana» tras oír las voces de «más de una persona». «Eran voces muy altas, parecía que estuviesen dentro la casa», relataban posteriormente, y reconocían que debido al «miedo» que sintieron en ese momento no se atrevieron a salir a la calle para comprobar qué sucedía.

Fue uno de esos mismos vecinos, quien dos horas más tarde de oír los gritos se toparía con el cadáver. Según explicó, salía a pasear junto a su perro, como tenía por costumbre hacer cada mañana, cuando el animal salió corriendo en dirección a la parte del camino que conduce a varias viviendas, entre ellas la de Ardines. Entonces el hombre, que había iniciado su marcha en sentido contrario, dio media vuelta para buscar a su mascota y se topó con el cuerpo sin vida del concejal y pescador, en medio de un «reguero» de sangre.

Pese a que le conocía desde hacía años, en un primer momento no logró identificarle y pensó que «era un chico joven». De forma inmediata dio aviso al 112, desde donde le conminaron a comprobar si la persona tendida en el suelo tenía pulso. Sin embargo, el edil de IU ya estaba fallecido, como más tarde confirmaría el personal sanitario desplazado hasta el lugar a bordo de una ambulancia. No fue hasta un rato después al ir llegando los familiares de Ardines, cuando los vecinos se enteraron de que el cuerpo hallado junto a su chalé era el del edil.

Enormemente impactados por lo acontecido, tanto el hombre que encontró el cadáver como su pareja daban testimonio durante la mañana de ayer en el cuartel de la Guardia Civil de lo que habían visto y oído durante la madrugada y la mañana del jueves.

No fueron los únicos en pasar por las dependencias del instituto armado para prestar declaración y ayudar a los agentes encargados de llevar a cabo la investigación abierta a esclarecer en qué circunstancias se produjo el asesinato de Ardines. La mujer y los dos hijos del fallecido estuvieron declarando hasta cerca del amanecer de la jornada de ayer sobre los posibles motivos que hubiesen podido llevar a alguien a planear su muerte o si habían notado algo sospechoso o raro últimamente. Según explicaron fuentes cercanas a la familia, «están destrozados y no se creen lo que está pasando» y, aunque no descartan ninguna hipótesis, aseguran que el político no tenía problemas graves con nadie.

Los agentes de la Guardia Civil encargados del caso también recabaron los testimonios de otros vecinos de la zona y del joven que desde hace varios años faenaba junto a Javier Ardines a bordo de la embarcación de la que este último era patrón, la 'Bramadoria', y que durante la mañana del jueves esperó en vano en el puerto de Llanes la llegada del edil para hacerse juntos a la mar.

Objeto contundente

La autopsia que le fue practicada ayer al cuerpo del concejal confirmó las sospechas de los investigadores, quienes desde un primer momento barajaron como principal hipótesis la de que la muerte fue violenta. El cadáver del político y pescador llanisco presentaba varios golpes en la cabeza y en el rostro propinados con un objeto contundente y que fueron los que le ocasionaron la muerte.

Según apuntaron desde la Guardia Civil, el cuerpo se encontraba a varios metros de la furgoneta que conducía Javier Ardines, quien se dirigía al puerto de Llanes para salir a faenar. A escasa distancia del vehículo fueron halladas tres vallas de obra, una de las cuales estaba en pie, a un lado del camino, mientras que las otras dos habían sido derribadas. Todo apunta a que las barreras fueron colocadas por el asesino o asesinos para obligar al edil a detener su marcha.

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