Secciones
Servicios
Destacamos
M. E. ALONSO / A. AZPIROZ
MADRID.
Jueves, 30 de noviembre 2017, 23:53
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Unidos Podemos llevará la aplicación del artículo 155 ante el Tribunal Constitucional, un recurso que de prosperar tumbaría la estrategia del Gobierno para frenar la deriva independentista. La vaguedad con la que la Carta Magna alude al 155 es la fuente de la discordia. Unidos Podemos ha dado el paso de recurrir al Constitucional tras un mes de presiones de las fuerzas independentistas. Y es que, al margen de PP y PSOE, la formación morada es la única fuerza política que puede llevar el 155 a la corte de garantías porque dar ese paso requiere el respaldo de 50 diputados. El anuncio lo hizo Pablo Iglesias casi de tapadillo. «Lo vamos a recurrir. Se presentará en breve», se limitó a señalar el líder de Podemos en los pasillos del Congreso.
El diputado de En Comú Podem Josep Vendrell añadió después que el escrito se presentará el próximo lunes en el Tribunal Constitucional. También precisó que Unidos Podemos lo registrará en solitario. «Lo hacemos solos, no queremos hacerlo con aquellos que son corresponsables de esta situación», dijo Vendrell en alusión a ERCy PDeCAT. El diputado catalán apuntó a los puntos más polémicos del artículo: «El 155 es muy limitado, puede dar instrucciones a las comunidades, pero es una extralimitación que el Gobierno pueda disolver el Parlament y cesar al Gobierno catalán».
En ningún lugar de la Constitución ni tampoco en ley alguna se fija la potestad del Gobierno central para destituir a uno autonómico ni para disolver el parlamento de una comunidad. El fallecido Manuel Fraga presionó durante el proceso constituyente de 1977 y 1978 para detallar las medidas que podría contemplar la acción del Ejecutivo en el marco del artículo 155, entre las que proponía poder suspender uno o más órganos de un gobierno autonómico o designar un gobernador general. También abogó porque se especificara el plazo de intervención, conectándolo con una convocatoria electoral. Pero la demanda del líder de Alianza Popular, que tenía entonces como telón de fondo una posible intervención en el País Vasco, no fue secundada por el resto de fuerzas políticas.
La vaguedad con la que los padres de la Constitución despacharon el 155 es la que puede ahora echar por tierra la acción del Ejecutivo de Mariano Rajoy, en la que ha contado con el respaldo explícito de PSOE y Ciudadanos. Con la aplicación del artículo constitucional, el Gobierno entró en un terreno desconocido y podría hacerlo de nuevo en el caso de que prospere la iniciativa de Unidos Podemos. Y es que la suspensión del 155 devolvería la legitimidad al Govern de Carles Puigdemont y al Parlament que aprobó la declaración unilateral de independencia. En cualquier caso, es improbable que el Constitucional vaya a resolver el recurso antes de las elecciones del 21 de diciembre. Cuando lo haga, según el pronóstico de muchos juristas, será para desestimarlo, pero sentará jurisprudencia para casos similares en el futuro.
Xavier Domènech, candidato de Catalunya en Comú-Podem a la Generalitat, negó ayer que con este paso se haya querido dar satisfacción a las reclamaciones de los secesionistas, aunque el republicano Gabriel Rufián había sido muy duro solo 24 horas antes contra Unidos Podemos por no haber movido un dedo ante «el golpe de estado» en Cataluña. Domènech, no obstante, defendió que desde el primer día de vigencia del 155 su grupo parlamentario ha estudiado con juristas la presentación del recurso. «No hacemos política reaccionando a tuits», resumió el cabeza de lista de los comunes. Desde las filas de Esquerra se aplaudió la reacción de Unidos Podemos. «Debo decir que lo celebramos porque es una aberración. No entendíamos que tardaran tanto», declaró Joan Tardà.
Rajoy fue el reverso de la moneda, y desde Costa de Marfil, a donde acudió para participar en la cumbre Unión Europea-Unión Africana, admitió que el partido de Pablo Iglesias «es libre para hacer lo que estime oportuno», pero insistió en que la situación era «excepcional», con una declaración de independencia sobre la mesa, y exigía una respuesta. «Por lo visto Podemos y algunos otros lo que quieren es que no hagamos nada» y «tamaño absurdo -remachó- no tiene ningún sentido».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.