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SEVILLA.
Jueves, 1 de enero 1970
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El plante de Alemania, Reino Unido y Francia a la venta de armas a Arabia Saudí ha vuelto a sobresaltar a los trabajadores de Navantia, que aguardan «recelosos» ante la posibilidad de que la presión internacional lleve al Ejecutivo de Pedro Sánchez a sumarse a una medida que afecta directamente a unos 6.000 empleos directos e indirectos en la provincia de Cádiz. Una preocupación que surge justo cuando se habían calmado las aguas tras confirmar el Gobierno en septiembre que la venta de bombas de precisión a este país seguía adelante,y también lo hacía la construcción de cinco corbetas para ese país, uno de los mayores encargos recibidos en los astilleros públicos.
La plantilla está pendiente de empezar en enero la construcción de los cinco barcos, pero reconocen que temen «otro sobresalto». «Digo lo mismo que dijimos entonces, si en algún momento el contrato peligra, los trabajadores responderán de inmediato», aseguró ayer el presidente del comité de empresa, Jesús Peralta. «Hay en juego -añadió- muchos puestos de trabajo para la Bahía de Cádiz». Los trabajadores son conscientes de que las movilizaciones llegarían además en plena campaña electoral para las elecciones andaluzas, una escena que no sería plato de buen gusto para ningún dirigente político.
Peralta reconoce que «las violaciones de los derechos humanos no le gustan a nadie, pero nosotros vendemos barcos militares desde hace 300 años, es nuestro pan, lo que nos da de comer», por lo que cualquier medida en este sentido solo podría hacerse «con un pacto a nivel europeo» y que afectara a «todos los países que no respetan los derechos humanos».
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