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CRISTIAN REINO
BARCELONA.
Sábado, 2 de junio 2018, 00:41
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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, evitó ayer los micrófonos, pero a través de las redes sociales metió presión a Pedro Sánchez. «Tenemos un mandato republicano que cumplir», avisó. «Hoy no podemos celebrar nada», añadió Carles Puigdemont, que apuntó desde Berlín que les queda «una larga lucha».
Los dos líderes del independentismo marcaron perfil contundente y fue Junts per Catalunya quien puso las condiciones con las que el soberanismo pretende iniciar una nueva etapa de diálogo. «Le pedimos día y hora para ponerse a trabajar, que sea valiente», aseguró Eduard Pujol. De entrada, el secesionismo exige gestos en materia de «presos», de «exiliados», que se ponga fin al 155 (en principio decae hoy) y que acabe la intervención de las finanzas de la Generalitat. «Que no tenga miedo para hablar con Cataluña», según el dirigente soberanista.
La primera reacción ante la investidura del secretario general del PSOE es de prudencia en el independentismo, pues no saben qué Sánchez se encontrarán, si el que semanas atrás llamaba racista y comparaba a Torra con Le Pen o si por el contrario será el dirigente que ayer se comprometió a «escuchar» a los catalanes.
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