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El médico Eduardo Vela, en un momento de la sesión celebrada ayer. :: e. p.
«Solo sabía de temas médicos; no he dado ninguna niña a nadie»

«Solo sabía de temas médicos; no he dado ninguna niña a nadie»

El doctor Vela, primer juzgado por un caso de bebé robado, exhibe su olvido por la sustracción de Inés Madrigal en una clínica de Madrid en 1969

MATEO BALÍN

Martes, 26 de junio 2018, 23:52

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madrid. «Yo no sabía más que de tema médico». «No recuerdo». «Esto no es mío». «No he dado ninguna niña a nadie». A sus 85 años, el ginecólogo Eduardo Vela apenas pudo articular de forma completa estas frases en su declaración como único acusado en el primer juicio por un caso de bebé robado en España.

La perseverancia de Inés Madrigal, víctima de esta red de tráfico de recién nacidos que actuó en hospitales públicos y privados de todo el país entre los años 50 y 90, y de su abogado Guillermo Peña tuvo su recompensa ayer en la Audiencia Provincial de Madrid. Frente a los cientos de archivos decretados por los juzgados por prescripción de los delitos, la acusación particular y la Fiscalía lograron sentar en el banquillo al doctor Vela, uno de los hombres más señalados por las denunciantes en su clínica de San Ramón, hoy desaparecida, del Paseo de la Habana de Madrid.

A punto de cumplir 59 años, Madrigal tuvo que denunciar a su madre adoptiva con su connivencia una vez que ésta le reconoció los hechos poco antes de fallecer. Era la única vía para llegar hasta el ginecólogo que ayer escenificó ante un tribunal uno de los episodios más oscuros de la historia reciente del país.

Sentado en una silla de ruedas y acompañado por su mujer y una hija, Vela exhibió el más absoluto olvido en el interrogatorio de la fiscal. No recordó, dijo, que en su clínica se realizaran adopciones ni los nombres de buena parte de los médicos que trabajaron con él. Descartó la identificación de su firma en uno de los indicios clave: el documento que justificaría la falsedad documental de la partida de nacimiento de Madrigal cuando fue entregada a su madre estéril. E, incluso, no pudo recordar si por ese centro sanitario pasaban monjas -allí trabajó la fallecida Sor María Gómez Valbuena- ni las camas con la que contaba.

«Creo que en la clínica no había un libro de registro, y si hubiera yo no lo cumplimentaba. El trabajo de las fichas lo hacían matronas, enfermeras, pero yo no. No me llevé ningún documento cuando se cerró la clínica. No sé lo que ha pasado, han pasado tantos años...», respondió.

«Firmaba cosas sin mirarlas»

La Fiscalía pide para él 11 años de prisión por un delito de sustracción de un menor de siete años, otro de suposición de parto cometidos por facultativo y otro de falsedad en documento oficial. Además, fijó una indemnización a la víctima de 350.000 euros. Vela ya declaró como imputado en diciembre de 2013 en relación con la denuncia del robo de Madrigal, aunque se desvinculó de esa supuesta trama pues aunque reconoció su firma en el certificado de nacimiento de la niña dijo que «firmaba cosas sin mirarlas».

La denunciante del caso declaró también ayer cómo su madre le contó que era adoptada y que siempre le dijo que Vela le había «regalado una niña». Resaltó que el supuesto «conseguidor», el padre Félix, fue quien medió en la entrega de la niña a Inés Pérez, como siempre le confesó ésta, y relató cómo comenzó a indagar sobre su origen y que cuando se enteró de todo fue «un palo demoledor emocionalmente hablando». También comparecieron como testigos la esposa de Vela, Adela Bermejo, quien negó que ayudara a su marido en la clínica, un socio del centro y tres enfermeras. Todos coincidieron en que no tuvieron conocimiento de ninguna irregularidad. Hoy concluye el juicio con nuevos testigos.

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