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Sànchez y Turull presionan a la justicia con una huelga de hambre indefinida

El independentismo inicia acciones de protesta un mes antes del inicio del juicio por el proceso soberanista

CRISTIAN REINO

BARCELONA.

Domingo, 2 de diciembre 2018, 00:59

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Jordi Sànchez y Jordi Turull, diputados de JxCat que están en prisión preventiva y que fueron candidatos a la investidura a la presidencia de la Generalitat, iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida para presionar al Tribunal Constitucional y al Tribunal Supremo cuando queda poco más de un mes para el inicio del juicio del 1-O. Acusados de rebelión por la Fiscalía, Sànchez y Turull se enfrentan a 17 y 16 años de cárcel en la causa del 1-O.

Su abogado, Jordi Pina, afirmó ayer que la protesta tiene como objetivo denunciar al Constitucional. A su juicio no es imparcial y bloquea de forma sistemática todos los recursos de amparo que han presentado para impedir su posterior recurso a los tribunales europeos, que es donde el independentismo tiene puesta toda su esperanza. Así, el secesionismo se queja de que ya hace más de un año que tiene presentados recursos de amparo ante el Constitucional pero este tribunal no los resuelve.

Esto provoca, entienden los independentistas, que no puedan denunciar la vulneración de derechos que a su entender representa la prisión preventiva ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Solo se puede recurrir a la corte europea cuando se han agotado todas las instancias judiciales nacionales. Las huelga es indefinida hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre los ocho recursos que tiene pendientes.

A las puertas del juicio del 1-O, el independentismo empieza a movilizarse, después de unos meses de incertidumbre y de no saber qué hacer. Algunos sectores, de hecho, critican al presidente de la Generalitat, Quim Torra, porque está a la espera de las sentencias para mover ficha. «Hacemos huelga de hambre para remover conciencias», según un comunicado de los dos dirigentes soberanistas leído por su abogado. «Hay que darle altura a la revolución de las sonrisas», aseguraron los dos presos. «Hay que impedir que se asuma como normal lo que no lo es», remataron.

La campaña iniciada por los presos secesionistas busca denunciar al Constitucional, pero tiene como objetivo también presionar a la justicia española un mes antes del inicio del juicio del 1-O. El que puede ser el proceso judicial más importante de la democracia española podría empezar con dos de los acusados sentados en el banquillo en plena huelga de hambre, lo que sería una imagen de fuerte impacto internacional en un momento en que el Tribunal Supremo ha tenido varios reveses en el exterior, Alemania y Bélgica, como consecuencia del pleito catalán. La internacionalización del proceso está siempre presente en las acciones de protesta de los secesionistas.

Podrán beber

La huelga de hambre presiona también al Gobierno central. Los independentistas le piden que use su influencia en la Fiscalía para reclamar su excarcelación y el archivo de las acusaciones por rebelión. Fuentes secesionistas señalaron que Turull y Sànchez consensuaron la huelga de hambre (podrán beber) con el resto de presos y de hecho la iniciativa de los dos dirigentes de JxCat cuenta con el apoyo de las fuerzas soberanistas sin excepción. Pero algunas la aplaudieron con más entusiasmo que otras. Ómnium Cultural hizo pública la primera fotografía de los siete encarcelados en Lledoners juntos, una imagen de unidad, que opaca las diferencias que tienen entre sí los presos de ERC y JxCaT, la que tienen las formaciones políticas en el exterior o las discrepancias entre los presos y Carles Puigdemont y los residentes en Waterloo. Esquerra, de hecho, pasó ayer de puntillas por el asunto y se limitó a instar al Gobierno a «ponerse a trabajar y deshacer el camino de represión que llevó a cabo el PP» y le afeó que salga a «defender» al poder judicial, lo que demuestra que «la separación de poderes no existe».

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, mostró «toda su solidaridad y apoyo» a Turull y Sànchez, «encerrados sin juicio y sin garantías de defensa justa». El presidente catalán aprovechó para cargar contra el «poder judicial», que «está cometiendo una de las peores barbaridades que se han visto en Europa». «Se está aplicando el derecho penal como venganza», remató. Torra se aferra al mensaje de conflicto que traslada la huelga de hambre, cuando empezaba a estar contra las cuerdas por la creciente indignación de los colectivos afectados por los recortes.

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