Sánchez defiende el valor del castellano como activo económico
El presidente del Gobierno entra a disputar con el PP el reconocimiento de la lengua y anuncia un proyecto para generar «oportunidades de negocio» en torno a ella
La historia política de Pedro Sánchez está llena de idas y venidas pero en su actual gabinete en La Moncloa están algunos de quienes le acompañaron cuando en 2015 se arriesgó a presentar su candidatura a la presidencia del Gobierno con una gran bandera de España como telón de fondo. La imagen chirrió a los más veteranos del partido, temerosos aún de la identificación entre la enseña nacional y el conservadurismo más rancio. Sus colaboradores, nacidos ya en los setenta, defendían, en cambio, que había que acabar con la patrimonialización por parte de la derecha de símbolos que son de todos. Y en eso siguen.
El presidente del Gobierno aprovechó este viernes su intervención en la clausura del III Foro La Toja-Vínculo Atlántico, presidido por el exministro popular Josep Piqué -junto al primer ministro portugués, Antònio Costa y ante el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo–, para anunciar la aprobación en las próximas semanas de un proyecto estratégico, financiado con fondos europeos, concebido para generar «oportunidades de negocio» en torno a la lengua española.
Sánchez puso en valor la «riqueza» cultural que suponen todas las lenguas habladas en España pero remarcó que es el castellano, hablado por 600 millones de personas, el que posee un enorme potencial como generador de empleo cualificado.
Los detalles de la iniciativa, que lleva por nombre 'El español, valle de la lengua' y se aprobará en un próximo Consejo de Ministros, están aún por conocer pero, según el jefe del Ejecutivo, pretende servirse de los avances tecnológicos en el ámbito de la robótica y de la inteligencia artificial para impulsar diversos sectores, el aprendizaje, la transformación digital, el turismo, las industrias culturales, la ciencia y la empresa. «Es hora de invertir en el valor de nuestra lengua común», remarcó.
El impulso del español como activo económico fue una de las obsesiones de José María Aznar durante su etapa como presidente del Gobierno y, más recientemente, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha tratado de recoger ese guante con la creación de una polémica Oficina del Español al frente de la cual ha situado, como empleado único, al exdiputado de Ciudadanos Toni Cantó. En la Moncloa, contraponen esa iniciativa, a su juicio vacía, con el proyecto tangible anunciado por el jefe del Ejecutivo e incluido en el plan de recuperación remitido a Bruselas el pasado mes de abril.
