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Puigdemont, con la bufanda del Girona, sigue el partido en una cafetería de Bruselas. :: Eric Vidal / reuters
Mitin desde Bruselas en el descanso del partido del Girona

Mitin desde Bruselas en el descanso del partido del Girona

C. REINO

BARCELONA.

Lunes, 18 de diciembre 2017, 00:36

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Los noventa minutos que dura un partido de fútbol dan para mucho. Que se lo digan a Carles Puigdemont, que ayer siguió al Girona, club de sus amores (además del Barça), desde un bar de Bruselas y sin olvidar su agenda de candidato a la presidencia.

El expresidente de la Generalitat apartó por unas horas la bufanda amarilla que viste estos días para denunciar el encarcelamiento de los exconsejeros de su anterior Gobierno y se enfundó la roja para animar al Girona, que jugaba contra el Getafe. Junto al expresidente catalán, estaban la exconsejera de Enseñanza Clara Ponsatí, y su amigo Josep Maria Matamala, su acompañante permanente en el 'exilio' de la capital comunitaria. En la cafetería dejaron reservados unos asientos con los nombres de Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, que siguen encarcelados. Durante el descanso del encuentro, que acabaron ganando los catalanes, Puigdemont aprovechó el tiempo para intervenir en el mitin que Junts per Catalunya celebró en Sant Celoni (Barcelona) y donde volvió cargar contra el 155. También participó en la maratón solidaria que TV-3 organiza todos los años. El exalcalde de Gerona donó una camiseta del cuadro catalán firmada por él, con la que recaudó 1.540 euros para una campaña solidaria.

Puigdemont está omnipresente en la campaña y en el cierre lo estará aún más, ya que su intervención será seguida en un centenar de actos simultáneos.

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