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El diputado de ERC Gabriel Rufián interviene ayer en el congreso de ERC celebrado en Hospitalet de Llobregat (Barcelona). :: Toni Albir / EFe
ERC marca distancias con Puigdemont y aboga por huir de los discursos excluyentes

ERC marca distancias con Puigdemont y aboga por huir de los discursos excluyentes

El preso Junqueras exige al independentismo «más eficacia» y reivindica el papel de su partido: «Ninguna lección de dignidad y patriotismo»

CRISTIAN REINO

Sábado, 30 de junio 2018, 23:37

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barcelona. Tras el fracaso del proceso secesionista, que culminó hace ocho meses con la proclamación fallida de la república, que no logró que Cataluña dejara de ser una comunidad autónoma española, los independentistas siguen reflexionando sobre cómo conseguir la secesión. El primero que ha pasado por el diván ha sido ERC. La formación republicana aprobará hoy una nueva ponencia política, que marcará la estrategia del partido para los próximos años, y que aboga por ampliar la base soberanista, sin excluir la vía unilateral y sin «pasar página del 1-O», como reclamó esta semana Pedro Sánchez a los secesionistas.

En un primer momento, la dirección de ERC propuso al secesionismo abandonar conceptos «estériles y contraproducentes» como «unilateralidad» y apostaba por la «multilateralidad». En definitiva, Esquerra apostaba por la moderación y abogaba por un aterrizaje del proceso. Pero la militancia montó en cólera y al final la formación ha decidido no descartar «ninguna vía democrática y pacífica» para materializar la República.

«Tenemos que estar preparados, seguir fortaleciéndonos, tejer complicidades, sumar cada vez más apoyos para que esta mayoría social sea una hegemonía incontestable ante nuevos 1-O que se presenten», según Esquerra. El nombre de la ponencia estratégica era en un primer momento «Fem república» (Hagamos república) y al final lleva por título «Ara, la república catalana» (Ahora, la república catalana).

El presidente de la formación republicana, Oriol Junqueras, en prisión provisional por su participación en el proceso de la pasada legislatura, irrumpió ayer en el cónclave a través de una carta que leyó Gabriel Rufián, en la que marcó distancias con el PDeCAT y con Junts per Catalunya (JxCat), sus socios en el Gobierno catalán, y fijó la línea a seguir. «Los discursos excluyentes solo implican una vuelta al autonomismo», advirtió.

El presidente de ERC exigió al independentismo «menos ruido y más eficiencia» para consolidar la república, reclamó huir de los debates nominalistas, como el de la unilateralidad, y reivindicó el papel de los republicanos en el proceso. «Ninguna lección de dignidad y patriotismo. Esquerra cargó con todo el trabajo y la responsabilidad a la espalda para salvar el 1 de octubre». Una regañina a los 'hiperventilados' del secesionismo, que acusan a ERC de estar saltando del barco rupturista.

El siguiente en sentarse en el diván será el PDeCAT, que celebra congreso extraordinario a finales de julio. Los nacionalistas replicaron ayer a Junqueras. «El 1-O fue mérito de todos. Nadie puede atribuirse en exclusiva este compromiso. Ni secuestrar lo que fue un enorme esfuerzo colectivo», afirmaron en la dirección. Los nacionalistas también quieren evitar el debate de la unilateralidad, que provocó las prisas en la pasada legislatura y que causó finalmente que el proceso acabara como el rosario de la Aurora, tras el 1-O, el 3-O y el 27-O.

La formación soberanista apuesta por «un proceso de autodeterminación que haga realidad un Estado catalán en forma de república en el marco de la UE» y defiende el derecho a la autodeterminación como un «derecho básico e irrenunciable desde el respeto al principio de la soberanía popular».

«No renunciar a nada»

Eso sí, los herederos de la antigua Convergència recuperan una de las señas de identidad de la vieja CDC y hablan de «no renunciar a nada», pero «ha llegado el momento de estructurar una acción política posibilista que consolide de manera progresiva los avances hacia un nuevo Estado».

La ponencia sitúa entre las referencias políticas el referéndum del 1-O, la declaración de independencia del 27-O y las elecciones del 21-D, pero obvia toda alusión a la vía unilateral, que sí había en los estatutos que se aprobaron en el congreso fundacional de hace dos años.

La gran incógnita en el PDeCAT es cómo acaba la pugna con JxCat. La formación nacionalista aspira a absorber la marca liderada por Carles Puigdemont y como primer paso la dirección neoconvergente ha ofrecido la presidencia del partido al propio Puigdemont y las vicepresidencias a los encarcelados Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn y al huido Lluís Puig.

Pero Puigdemont y su nucleo duro en JxCat, con el presidente Quim Torra a la cabeza, tenían otros planes. Su idea era que JxCat acabara fagocitando a la antigua CDC. Esta pugna no es solo orgánica. Es sobre todo ideológica. Puigdemont y los duros de Junts per Catalunya no quieren pisar el freno.

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