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Interior retira a los efectivos desplegados en Cataluña por el 1-O

El Ministerio da por concluida la operación que se diseñó contra el desafío independentista y antes del día 30 abandonarán Barcelona

M. E. A.

Miércoles, 27 de diciembre 2017, 00:14

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MADRID. El Ministerio del Interior ha dado por concluida la 'operación Copérnico' contra el desafío independentista. Todos los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que fueron desplegados en Cataluña en los momentos de mayor tensión (los días anteriores y posteriores al referéndum ilegal del 1 de octubre) han regresado o lo harán en las próximas horas a sus destinos después de casi tres meses de misión. Además, los dos cruceros atracados en el puerto de Barcelona en los que aún se alojan los agentes zarparán antes de este sábado. «El día 30 ya no quedarán efectivos de los desplazados con motivo de los últimos acontecimientos», confirmaron fuentes policiales.

La decisión se comunicó ayer a los policías nacionales y guardias civiles que permanecen hospedados en el puerto de Barcelona en los ferrys Rapsody y Azzurra, de la naviera italiana Grandi Navi Veloci, así como a los que se hospedan en hoteles y dependencias militares. El departamento que dirige Juan Ignacio Zoido fletó estas embarcaciones junto a una tercera, Moby Dada, (más conocido como Piolín por los personajes de la Warner pintados a babor y estribor) como una solución de urgencia ante las dificultades para encontrar alojamiento a los cerca de 6.500 agentes de las fuerzas de seguridad del Estado que llegaron a ser destinados al operativo antisecesionista de Cataluña.

A principios de noviembre, Interior comenzó el repliegue paulatino de unidades de Policía Judicial (que se encargaron de la multitud de atestados generados el 1-O), de Seguridad Ciudadana y, en menor medida, de los Servicios de Información encargados, todavía hoy, de investigar los movimientos del destituido Govern, ANC, Ómnium y Mossos para conseguir la proclamación de la república catalana.

Dos semanas después comenzó el retorno generalizado a sus bases de los funcionarios de Policía Nacional y Guardia Civil al considerar que la situación de seguridad pública estaba bajo control tras la aplicación del artículo 155 y tras haber constatado que los Mossos d'Esquadra cumplían las órdenes del Gobierno central sin ningún tipo de reparo. El último gran repliegue de agentes se produjo el 22 de diciembre, sólo un día después de las elecciones autonómicas. La próxima semana ya solo permanecerán en Cataluña los poco más de 6.000 integrantes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado destinados de manera permanente en esta comunidad autónoma.

Críticas

La 'operación Copérnico' no ha sido ajena a las críticas, especialmente de los sindicatos y asociaciones de los guardias civiles, que a lo largo de estos meses han denunciado la pésima calidad de las comidas y las condiciones de la estancia de algunos alojamientos, especialmente el ferry de Piolín, en el que se alojaron hacinados cerca de un millar, y que fue desalojado y zarpó del puerto de Barcelona el pasado 16 de diciembre. El Ministerio ha gestionado otras crisis por la pésima calidad de las comidas, las dietas y descansos, y también con los escraches que se llevaron a cabo en varios hoteles de localidades costeras catalanas tras las actuaciones policiales en los enfrentamientos del referéndum del 1 de octubre.

Pero todo lo relativo al repliegue como de la situación actual del operativo sigue envuelto en una nebulosa. El Gobierno ha declarado la 'operación Copérnico' como secreto de Estado en virtud de un acuerdo del Consejo de Ministros de 1986, que ordenaba clasificar como materia reservada «los planes de seguridad de Instituciones y Organismos Públicos» con arreglo a la Ley de Secretos Oficiales.

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