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P. DE LAS HERAS
Viernes, 6 de abril 2018, 23:54
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Madrid. El Gobierno se niega a dar por perdida la principal batalla judicial contra Carles Puigdemont, pese a la decisión de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein de dejarlo en libertad bajo fianza de 75.000 euros y descartar el más importante de los delitos por los que el juez Pablo Llarena reclamó su entrega, el de rebelión.
El ministro Portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, argumentó ayer -en línea con un comunicado posterior de la Fiscalía- que la resolución del tribunal regional alemán sólo determinó si cabía o no aplicar al expresidente catalán una determinada medida cautelar mientras se decide sobre su entrega a España, pero que los jueces aún tienen que fijar una postura «sobre el fondo de la cuestión». «Hemos visto un auto que se refiere al mantenimiento o no en prisión, pero estamos hablando de un procedimiento largo que en parte continua y ya veremos cuál es el resultado final», insistió.
Méndez de Vigo, que compareció tras el Consejo de Ministros sin que hubiera trascendido aún que tanto Llarena como el fiscal sopesan elevar una cuestión prejudicial al tribunal Luxemburgo, eludió responder con un sí a la pregunta directa de si cree todavía posible que Puigdemont sea entregado para ser juzgado por rebelión, pero una y otra vez reiteró que la partida no ha acabado.
También utilizó ese argumento para responder a quienes dicen que ha llegado el momento de reformar el sistema de la euroorden por su escasa eficacia. «Crémanme que algo conozco de Europa -adujo-; hay que ser prudentes y cautos y esperar que la justicia decida».
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