Borrar
El vicepresidente del Govern y adjunto a la presidencia de ERC, Pere Aragonès. :: Alejandro García / efe
La Generalitat reclama al Gobierno 6.000 millones de euros como gesto «mínimo»

La Generalitat reclama al Gobierno 6.000 millones de euros como gesto «mínimo»

Iceta propone una comisión parlamentaria para explorar un acuerdo interno entre las fuerzas catalanas

CRISTIAN REINO

BARCELONA.

Lunes, 25 de junio 2018, 00:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Generalitat cifró ayer en 6.000 millones la deuda que a su juicio tiene la Administración central con la catalana. Una cantidad que incluye compromisos adquiridos años atrás, según el Gobierno catalán, en materia de financiación de los Mossos d'Esquadra, de ley de dependencia y de partidas pactadas en el pasado a partir de la disposición adicional del Estatuto de autonomía.

El vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía, Pere Aragonès, reclamó ayer esta cantidad «si el Estado quiere cumplir con todo lo que implica el sistema de financiación vigente», declaró a la agencia catalana ACN. Se trataría de un «mínimo exigible», que desde el Gobierno catalán se pone sobre la mesa como gesto de buena voluntad por parte del Ejecutivo central, semanas antes de que se celebre la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra, fijada para el 9 de julio, y que marcará el devenir de la legislatura catalana.

Aunque Aragonès advirtió de que las reivindicaciones de tipo económico no sustituyen a la reclamación principal que es el derecho de autodeterminación, sí que supone la primera voz autorizada en el Gobierno catalán que se sale del argumentario establecido hasta la fecha en el independentismo que limitaba el orden del día de la reunión de Sánchez y Torra al referéndum, al 1-O y a la situación de los presos. El propio Aragonès, como máximo ejecutivo de Esquerra, afirmó el viernes en un acto de partido que el diálogo con el Gobierno del Estado debe centrarse en el derecho de autodeterminación y ayer dijo que este «Govern no ha nacido para negociar el modelo de financiación. Eso sería volver 15 años atrás». «No olvidaremos el 1-O a cambio de un nuevo modelo de financiación», dijo semanas atrás.

Aun así, Aragonès admite que esta legislatura será casi imposible aprobar un nuevo modelo de financiación, como asumió el presidente del Gobierno, y no cierra la puerta a acudir a la convocatoria -cuando la haya- de una nueva reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. El republicano reclama una negociación con Madrid sin condiciones ni renuncias y puede jugar un papel clave en el nuevo Ejecutivo de Quim Torra. Al poner sobre la mesa una agenda negociadora sectorial con el Gobierno central, da un cierto margen a la otra parte, que ya ha dicho que no se moverá del Estatuto y la Constitución. Además de la deuda pendiente, Aragonès habló también ayer de renegociar la recuperación de impuestos suspendidos por el Constitucional de la pasada legislatura.

El dirigente de Esquerra está llamado a ejercer de contrapeso posibilista, frente a los sectores de JxCat, liderados por Carles Puigdemont, que piden al presidente catalán que no ceda ni un ápice en el desafío al Estado. Aragonès lidera la nueva ERC, que, sin renunciar a su objetivo de la independencia, pide tiempo a su socios, para ampliar la base social y volver a armar una hoja de ruta que sea realizable, toda vez que la vía unilateral fracasó en la legislatura pasada. Esquerra se resiste a descartar del todo la vía unilateral, en parte por la presión que las bases han ejercido sobre la dirección en este sentido, pero a corto y medio plazo prefiere apostar por un cierto aterrizaje del proceso secesionista.

También el PDeCAT está en esta onda. No así los legitimistas de JxCat, que no contemplan otra cuestión que la aplicación de la república. En el seno del independentismo y del Gobierno catalán hay una pugna entre estas dos corrientes, que marcará los pasos del gobierno de Torra. La primera batalla la ganó el sector menos radical, al favorecer la investidura de Sánchez, pero las pugnas son diarias, como se comprobó el viernes pasado en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo, cuando Torra no decidió acompañar al Rey en el palco hasta el último momento por las presiones de su entorno, que estaba dividido.

«Objetivo nacional»

Mientras, el líder del PSC, Miquel Iceta, insistió ayer en la idea de abrir un diálogo interno en Cataluña como punto de partida antes de iniciar una negociación con Madrid. La propuesta de los socialistas es pactar en Cataluña una propuesta entre las fuerzas catalanas, que luego pueda ser negociada con el Ejecutivo central. Para ello, ayer planteó crear en el Parlamento una «comisión de estudio para el acuerdo». «El problema no lo tenemos entre Cataluña y el resto de España, sino que en Cataluña no hay consenso suficiente sobre cómo avanzar» ni tampoco existe «un objetivo nacional compartido por una mayoría amplia», expresó en la agencia Efe.

Para reformar el Estatuto catalán se necesitan dos tercios de votos en el Parlamento, ha recordado estos días, pero «hoy en día no hay ninguna propuesta política que tenga el apoyo de esos noventa diputados», afirmó.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios