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El Rey es ovacionado por la reina Letizia, la princesa Leonor, la infanta Sofía, así como por Ana Pastor y Pío García Escudero, tras su discurso de ayer en el Congreso. :: k. huesca / efe
Felipe VI defiende la vigencia del gran pacto de convivencia de la Constitución

Felipe VI defiende la vigencia del gran pacto de convivencia de la Constitución

El Rey afirma que el texto debe amoldarse a los tiempos porque «España no es la de hace 40 años»

RAMÓN GORRIARÁN

MADRID.

Viernes, 7 de diciembre 2018, 00:31

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«La Constitución es el gran pacto nacional de convivencia entre los españoles por la concordia y la reconciliación, por la democracia y la libertad». Felipe VI defendió ayer la vigencia de estos valores en la conmemoración en el Congreso del 40 aniversario de la aprobación de la Carta Magna, una solemne ceremonia a la que acudió por primera vez la Familia Real al completo. El jefe del Estado elevó al texto constitucional a la categoría de «mayor éxito político de la España contemporánea» porque fue fruto del acuerdo entre las fuerzas políticas y refrendado a continuación por los ciudadanos.

El Rey hizo un sentido panegírico de la ley de leyes de la democracia, y lo hizo en un momento en que recrudecen las demandas de su reforma, asunto que no rehuyó en su intervención porque es inobjetable, dijo, que la España de hoy «no es la de hace 40 años». Es necesario, recalcó, ir «adaptando y amoldando nuestra manera de hacer y de vivir a la realidad de cada momento», pero sin perder de vista «el espíritu de reconciliación, la voluntad de entendimiento y la vocación de integración respetando nuestras diferencias y nuestra diversidad».

El jefe del Estado no hizo alusiones a los asuntos de la coyuntura política, como la crisis soberanista de Cataluña, aunque entre líneas se notaba su presencia. Por ejemplo, al subrayar el espíritu integrador de la Constitución señaló que ese principio «no supone uniformidad, ni significa olvidar o suprimir la diversidad territorial ni negar la pluralidad, sino asumir y reconocer a todas ellas en una realidad nacional común». De forma mucho más medida, defendió los mismos conceptos que expuso en su discurso del 3 de octubre del año pasado: diversidad dentro de la unidad.

En esa misma línea, exhortó a «resolver los desencuentros mediante el diálogo, respetar las leyes y los derechos de los demás». Eso es, subrayó, «el sentimiento constitucional», un estado de ánimo «hondamente asentado» entre los ciudadanos, y que es «el alma viva de nuestra democracia. Una democracia que no tiene vuelta atrás».

Reconciliación

El espíritu de la Constitución, dijo Felipe VI, se asienta en «la reconciliación, el entendimiento y el espíritu integrador». Con esos tres principios, recordó, el texto consagra «la soberanía nacional, la unidad de España (reconociendo la autonomía de sus nacionalidades y regiones), la Monarquía parlamentaria, la separación de poderes y el reconocimiento de los derechos y libertades». El Rey incidió en la transformación de la estructura territorial de España cuando empiezan a levantarse vientos jacobinos, y puso en valor la «profunda descentralización del poder político, y el reconocimiento y protección de nuestras lenguas, tradiciones, culturas e instituciones».

Mientras Felipe VI defendía con firmeza los valores constitucionales, los líderes de las principales fuerzas políticas evidenciaban sus diferentes ópticas sobre la reforma constitucional. El presidente del Gobierno, como ya ha hecho otras veces, abogó por «reformarla» para «reforzarla». Pedro Sánchez, sin embargo, no fue más allá en el comentario en su cuenta de Twitter. Todo lo contrario que el líder de Unidos Podemos, que, además de exigir una «modernización» porque la Constitución «no es una reliquia», reivindicó la República como forma de Estado y la abolición de la Monarquía.

Todo lo contrario que el líder del PP que se negó en redondo a encarar una reforma, y advirtió que si otros la impulsan su partido la bloqueará en el Senado, donde cuenta con mayoría absoluta. Pablo Casado negó que el texto constitucional esté «en crisis», es más, dijo, es «el mejor muro de contención y una vacuna contra el radicalismo, el populismo y el nacionalismo». El presidente de Ciudadanos tampoco es partidario de abordar ahora una empresa de esa naturaleza, pero hizo un llamamiento a la templanza para acabar con «el 'guerracivilismo' de rojos y azules».

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