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Entregan el acta de diputado dos de los exconsejeros fugados a Bruselas

Clara Ponsatí y Lluís Puig, ambos de Junts per Catalunya, renuncian a su escaño para favorecer la mayoría independentista en la Cámara

R. C.

MADRID.

Lunes, 29 de enero 2018, 00:30

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Dos de los cuatro exconsejeros que huyeron junto a Carles Puigdemont a Bruselas entregaron ayer el acta de diputado que obtuvieron en las elecciones del pasado 21 de diciembre. Se trata de Clara Ponsatí y Lluís Puig, ambos de Junts per Catalunya. Puig también anunció a través de Twitter que la republicana Meritxell Serret obrará igual, aunque después rectificó y pidió disculpas por hablar en nombre de otras «personas y formaciones». Si Serret diera el paso, de los cinco integrantes del anterior Gobierno catalán que se encuentran en la capital belga solo el expresidente y Toni Comín (ERC) se mantendrían como diputados. Todos ellos están investigados por el juez Llarena y serán detenidos en caso regresar a España.

Según justificó Puig en la red social, esta decisión de apartarse supone un acto de dignidad por Cataluña. «Siempre he dicho que sabíamos como sumar 68 en la sesión de investidura de Puigdemont, mañana presento mi renuncia a diputado», resumió. A principios de esta semana ya arreciaron los rumores de una posible renuncia de los cuatro diputados. Comín, según las fuentes consultadas, era reticente a dejar su escaño y se mantiene la incógnita con Serret. De momento, Esquerra guarda silencio al respecto.

Los escaños de los dos exconsejeros serán ocupados por los siguientes nombres de la lista de Junts per Catalunya. Los escritos de la renuncia se presentarán hoy por la mañana para tramitar las credenciales y las actas de los nuevos diputados. Fuentes de la candidatura que lideró Puigdemont aseguraron que la decisión responde al «objetivo de asegurar la mayoría independentista» en el Parlament, pero «en ningún caso» representa una «renuncia al proyecto».

Puig y Ponsatí no son los primeros exconsejeros que renuncian a su acta. El exresponsable de Interior, Joaquim Forn, lo hizo el pasado martes. A diferencia de sus antiguos compañeros de gabinete, Forn se encuentra en prisión y presentó la renuncia a su escaño en el Parlament como prueba de que renuncia a seguir la vía unilateral a la independencia. El 9 de enero también dimitió el republicano Carles Mundó, quien llegó a sonar como posible presidente del Parlament.

Con esta maniobra las fuerzas independentistas buscan asegurar la mayoría absoluta en la Cámara después de que el Tribunal Constitucional vetase el sábado el voto telemático o delegado en la investidura. Pero aunque Puigdemont tenga asegurados los 68 votos necesarios para salir elegido presidente, esto no le sirve para salvar el mayor de los obstáculos al que se enfrenta: la obligación de acudir en persona a la votación de su investidura.

Desde PP PSOE y Ciudadanos se exigió ayer que Puigdemont renuncie como ha hecho la mayoría de integrantes del Gobierno que dirigió. Por parte de los populares, Pablo Casado pidió al independentismo busque «un candidato que no tenga ningún problema judicial y, sobre todo, que tenga una hoja de ruta que sea la de cumplir con la ley». El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos solicitó al expresident que regrese para afrontar su proceso judicial y el diputado catalán de Ciudadanos Fernando de Páramo dio por sentado que Puigdemont no será presidente.

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