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EL 'CARLISTA' DE BRUSELAS

ALBERTO AYALA

Miércoles, 17 de enero 2018, 00:34

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Durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX, miles de personas se reunían una vez al año en la cima de Montejurra, en las proximidades de Estella. ¿Objetivo? Respaldar el acceso al trono de España del pretendiente carlista. Era el anual baño de masas que se daba el entonces jefe de la casa, Carlos Hugo de Borbón Parma, que el resto del año llevaba una discreta vida familiar y profesional.

Aquellas multitudes poco a poco fueron menguando. Y aunque el carlismo mantiene formalmente su reivindicación a la corona de Felipe VI, lo hace sin el importante respaldo popular que tuvo antaño.

Hoy la política española tiene a otro Carlos en primer plano de la actualidad informativa, el destituido president de la Generalitat, Puigdemont. El nuevo mandamás 'carlista', huido a Bruselas con cuatro exconsellers para evitar responder ante la Justicia, también disfrutó de su día de gloria. Fue el pasado 21 de diciembre. Su candidatura, Junts per Catalunya (JxCat), en realidad 'la lista del 'expresident', era una de las dos grandes sorpresas de las elecciones autonómicas que se celebraron ese día al quedar segunda, por delante de ERC, y tras Ciutadans, el gran vencedor de los comicios.

Desde entonces, Carles exige al conjunto del independentismo, día sí día también, ser repuesto en el 'trono' de la Generalitat del que le echó el presidente Rajoy al intervenir la autonomía catalana en aplicación del artículo 155 de la Constitución después de que los soberanistas declararan unilateralmente la independencia. Que para ello hace falta recurrir a astracanadas que provocan el sonrojo internacional, como la denominada investidura telemática o por delegación, el huido pretende que se hagan y punto.

La legislatura arranca hoy con la constitución del nuevo Parlament. Tradicionalmente solía ser una sesión casi de trámite en la que el interés se limitaba a verificar si se cumplían los pactos previos y se elegía al president de la Cámara y al resto de la Mesa que estaban previstos.

Hoy va a ser diferente. Los soberanistas tienen un acuerdo para controlar el órgano de gobierno del Legislativo catalán. El pacto prevé que el president sea de ERC y los republicanos designaron ayer para relevar a Carme Forcadell a uno de sus 'pesos pesados', Roger Torrent, último portavoz adjunto.

Hasta ahí todo normal. Pero ocurre que ocho diputados de JxCat y ERC no van a asistir al Pleno. Puigdemont y cuatro exconsellers por estar huidos en Bruselas. Junqueras, Sánchez y Forn por hallarse en prisión.

La sesión la dirigirá, como siempre, una Mesa de Edad formada por los diputados más veteranos y los más jóvenes. Dicha Mesa, presidida por el republicano y exsocialista Ernest Maragall, puede ignorar el criterio de los letrados del Parlament y aceptar el voto delegado de los presos -como ha sugerido se haga el juez del Supremo Llarena- e incluso el de los fugados. Si así ocurre, Rajoy confirmó ayer que recurrirá la votación al Constitucional. Y lo previsible es que el tribunal ordene elegir otra nueva Mesa de acuerdo a la ley.

Atentos, pues, a lo que suceda hoy en el barcelonés Parc de la Ciutadella. Si la sesión constitutiva termina en trifulca y en intervención del Constitucional será una primera señal de que los secesionistas están más por retomar las hostilidades que por abrir un nuevo tiempo, pese a las llamadas al realismo de ERC y del PDeCAT, que no de Puigdemont.

La 'prueba del nueve', la confirmación o no de lo anterior, llegará en la sesión de investidura. El independentismo debe optar entre la charlotada que plantea Puigdemont o elegir un Govern que tome otra vez y de verdad las riendas de Cataluña.

Pasados los primeros y efímeros minutos de gloria, Puigdemont sabe que toca bajar de la nube. Que él es 'el' problema.

En política nadie suelta el poder así como así. Así que no decarten que, al final, Cataluña tenga un nuevo Govern, independentista sí, pero presidido por alguien que no sea el expresident. ¿Tal vez Elsa Artadí, estrella emergente del radicalismo postconvergente puigdemoniano? Retengan el nombre.

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