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Oriol Junqueras y Artur Mas.
Mas y Junqueras tienen hasta el 15 de enero para llegar a un acuerdo sobre las plebiscitarias

Mas y Junqueras tienen hasta el 15 de enero para llegar a un acuerdo sobre las plebiscitarias

Esquerra teme que el empeño del presidente de la Generalitat en una lista conjunta busque mitigar el castigo por la corrupción y los ajustes sociales

CRISTIAN REINO

Lunes, 29 de diciembre 2014, 11:45

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El proceso catalán sigue encallado. Casi dos meses después de la consulta alternativa, a la que acudieron a votar 2,3 millones de catalanes, Artur Mas y Oriol Junqueras tratan de culminar la transición hacia el estado catalán con unas elecciones autonómicas que tendrían el carácter de plebiscito sobre la independencia. Pero Mas y Junqueras no se ponen de acuerdo. Ni en la fecha de esos comicios, ni en la fórmula a utilizar para conformar las candidaturas, ni tampoco en la hoja de ruta a seguir tras las elecciones, en que se abriría un periodo transitorio hasta la proclamación de la independencia.

En realidad, el pulso entre Mas y Junqueras ha sido una constante en los dos años transcurridos desde que acordaron caminar juntos. El proceso ha superado dos escollos que parecían insalvables, la fecha y la pregunta y la renuncia de Mas a la consulta original y su apuesta por un sucedáneo, y ahora afronta el obstáculo de verdad, el definitivo. Ambas partes se muestran confiadas en que habrá acuerdo para adelantar los comicios, aunque las posiciones no es que estén muy próximas. Los deseos en este caso podrían estar confundiéndose con la realidad.

Sobre lo que coinciden los dos sectores, el convergente y el de ERC, es en que la solución, sea cual sea, no puede demorarse mucho. Fuentes de Convergència sitúan el límite negociador en el 15 de enero, porque el 29 de marzo es la fecha tope para celebrar las elecciones en el primer trimestre, como piden Esquerra y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), sin que se solapen con las municipales. Desde Esquerra, amplían unos días más el plazo, entre el 15 y el 20 de enero, a pesar de que en las declaraciones públicas llevan semanas presionando al presidente de la Generalitat para que anuncie la convocatoria de elecciones en su discurso de fin de año. Esta exigencia se antoja más como un recurso retórico y una estrategia negociadora.

Artur Mas tiene previsto comparecer en rueda de prensa el martes 13 de enero, tras la primera reunión del año del consejo de Gobierno, en la que ya podría hacer algún anuncio o al menos dar pistas, tanto si hay acuerdo como si no. En caso de que no haya pacto inmediato, tampoco se descarta que las elecciones pudieran celebrarse el 11 de septiembre, antes de las generales, lo que no disgusta a nadie, ni siquiera a Esquerra, que tiene como principal objetivo a corto plazo confirmarse como fuerza hegemónica del soberanismo en las municipales de mayo. La idea del soberanismo es llamar a las urnas a los catalanes antes de las generales, porque como señalan desde CDC, el fenómeno Podemos puede «enredarlo todo», también el proceso catalán.

Mientras tanto, ambas partes se han dado un periodo de reflexión, según señalan desde el Gobierno catalán. «Estamos en la fase de reconstruir la confianza mutua entre Mas y Junqueras », precisan fuentes de la dirección convergente, lo que no transmite unas señales muy halagüeñas. Las relaciones entre los dos principales líderes del soberanismo no pasan por su mejor momento. Uno y otro se han distanciado como consecuencia de las duras negociaciones para el 9-N. Junqueras se sintió engañado por el presidente de la Generalitat, que renunció a la consulta original y optó por una versión reducida, en tanto que Mas se vio solo y sin el apoyo de los republicanos, a los que acusa de tener prisa por llegar al poder.

¿Lista unitaria?

Fuentes de Esquerra evitan valorar el curso de las negociaciones, pero insisten en que la «pluralidad es fundamental». Es decir, vienen a reconocer que las conversaciones entre las dos formaciones soberanistas (Mas y Junqueras se reunieron dos veces en una semana antes del periodo vacacional) siguen enrocadas, entre otras cuestiones, en la fórmula para las plebiscitarias. El presidente de la Generalitat plantea una lista unitaria, encabezada por él, en la que se integren -sin siglas- CDC, ERC y las plataformas sociales (ANC y Ómnium). El presidente de la Generalitat cree que solo así será posible transformar unas elecciones autonómicas en unas plebiscitarias.

Esquerra no se fía del todo y teme que la estrategia de Mas busque también una fórmula para disimular su caída electoral y mitigar el castigo por la corrupción y los ajustes sociales. Unas declaraciones del consejero Santi Vila, de Convergència, en las que vino a insinuar que el proceso soberanista ha servido como cortina de humo para afrontar unos recortes de 6.000 millones en cuatro años, no han ayudado para reforzar la confianza entre CiU y ERC. Por todo ello, Esquerra prefiere que cada uno se presente por separado, compartiendo un punto común sobre la independencia en sus programas electorales. Fuentes republicanas creen que las encuestas avalan su propuesta, ya que serían capaces de «sumar más» que si fueran juntos en una lista de país, a la que ninguna de las encuestas que se han publicado da la mayoría absoluta. Por separado y uniendo sus fuerzas tras las elecciones, CiU y ERC están -según todos los sondeos (tanto públicos como privados)- en disposición de alcanzar la mayoría absoluta. Pero sin demasiada holgura, lo que dificultaría la puesta en marcha de la fase final del proceso catalán. Todas las hipótesis están abiertas.

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