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Portugal agoniza con un Cristiano disminuido
MUNDIAL 2014

Portugal agoniza con un Cristiano disminuido

Pese a empatar en el último segundo ante Estados Unidos, los lusos dependen sólo de un milagro

Ignacio Tylko

Domingo, 22 de junio 2014, 00:57

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Un griterío se escuchaba en Manaos cada vez que Cristiano Ronaldo entraba en contacto con el balón. Odiado y querido, en plenitud o tan mermado como ha llegado a este Mundial, el astro portugués genera siempre expectación. Ahora intenta lucirse con algunas filigranas lejos de zonas influyentes y cuando no tiene marcadores muy próximos, pero ni por asomo es ese jugador desbordante y decisivo que ganó con justicia el Balón de Oro. Tras el empate ante Estados Unidos, y gracias para das Quinas, ya que el gol de Varela llegó en el 95, se fue del campo cabizbajo.

Si jugó es porque incluso a medio gas es básico en esta discreta selección lusa. Y, sobre todo, porque su orgullo y elevada autoestima le impiden quedarse fuera de los partidos de un Mundial o de una final de Champions. Pero renquea a cada paso. Y en cuanto arriesga algo más en una jugada o porfía con algún defensor, frunce el ceño. Todas las tendinitis son dolorosas y la rodilla no es precisamente una articulación menor.

Se esperaba a Cristiano pero el que apareció enseguida fue Nani, uno de esos futbolistas que apuntaba al estrellato y se está quedando en el Manchester United porque es discontinuo. Se aprovechó de un mal despeje de un defensa para parar, hacer un amago, tumbar a Tim Howard, el portero del Everton, y disparar a placer. Un gol que no fue a festejar Cristiano con el resto de sus compañeros. Y terminando el primer tiempo, Ronaldo le levantó la mano por tirar a puerta y no devolverle el pase tras un contragolpe. Cosas de CR7.

El tanto de Nani, a los cinco minutos, permitía soñar a una Portugal que acudió muy diezmada a la batalla en esta inmensa selva tropical. Cristiano estaba limitado y faltaban el portero Rui Patricio, el lateral Coentrao y el delantero Hugo Almeida, por lesión, y el central Pepe, sancionado por su expulsión. Además, el veterano Helder Postiga sufrió una contractura muscular y se tuvo que marchar al cuarto de hora. Demasiado contratiempo para un rival tan bien trabajado como este equipo tan rocoso y corajudo como el norteamericano.

Tras el buen arranque y ese gol, los de Paulo Bento dieron varios pasos hacia atrás y buscaron descaradamente el contragolpe. Lo acabaron pagando, aunque el castigo fue mucho peor y quedó en parte mitigado por ese gol de Varela qe les mantiene con mínimas esperanzas de vida. El dominio fue claro de los estadounidenses, a los que Jürgen Klinsmann, afincado desde hace tiempo en California, les exigió desde el banquillo emplearse con energía, disciplina y agresividad. Y a fe que le obedecieron.

Disfrutó de alguna buena ocasión ya en el primer tiempo Clint Dempsey, autor ante Ghana del gol más tempranero de este Mundial, pero el sevillista Beto estuvo atinado. Tiene gran mérito lo de este delantero que dejó la Premier para irse a jugar al Seattle Sounders. A pesar de partirse la nariz ante los africanos, decidió salir a jugar sin máscara y con la cara aún amoratada.

Los norteamericanos dominaban el juego pero los portugueses pudieron decidir el partido antes del descanso en una doble ocasión. Nani probó desde lejos, Howard falló y el balón golpeó en el palo. Tras el segundo disparo, el portero mostró unos grandes reflejos en una intervención más típica de balonmano.

El dominio yanqui se intensificó tras el descanso. El grupo de Klinsmann hacía circular bien el balón de un lado a otro y mostraba paciencia. Además, físicamente parecía estar un puntito por encima del rival. Bradley lo tuvo todo para empatar, tras una excelente jugada por la derecha, pero Ricardo Costa salvó bajo los palos. Trató de asegurar el medio del Toronto pero lanzó al cuerpo del valencianista. Porfiaron y lograron la igualada fruto de un enorme disparo de Jones que Beto, muy tapado, sólo siguió con la mirada.

Esa acción llegó justo después de que Cristiano arrancase solo por la derecha y culminase de disparo fallido con la derecha. Quiso lucirse en todo, hasta en el peinado, pero no fue la noche del madridista. Llegó el gol Dempsey, por centímetros en posición correcta porque Bruno Alves estaba caído y tardó en salir. Portugal está al borde del fracaso y por eso apenas celebró el empate postrero. Depende de un milagro.

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