Cuidado con lo que come el perro

Recientemente la dueña de un perro denunció ante la Guardia Civil que alguien depositó salchichas con alfileres en una zona ajardinada de Lardero. El perro ingirió tres. Una rápida detección de lo sucedido y la intervención de un veterinario propició que todo quedara en un susto pero este episodio recordó el vivido años atrás en Logroño cuando varios perros murieron al ingerir cebos envenenados depositados en parques. Al margen de la conducta delictiva que implica por parte de quien, deliberadamente, busca el sufrimiento y muerte de un animal, conviene que los dueños conozcan las consecuencias que puede tener que sus mascotas ingieran estas trampas.

«Los perros comen cosas por la calle porque, muchas veces, son algo que no reciben en casa, chucherías o trozos de carne a los que no suelen tener acceso. Algunas razas más que otras se llevan cualquier cosa a la boca y si alguna vez han encontrado algo que les gusta, lo buscan continuamente por la calle», explica Carlos Bustillo, de la Clínica Bustillo Veterinarios de Logroño.

Lo que debemos hacer es tener cuidado y ser responsables como dueños, estar pendientes del animal incluso cuando vaya atado. A veces incluso algo aparentemente inane como la hierba puede resultar tóxica si, por ejemplo, ha sido fumigada. «Es muy difícil saber si el animal ha comido algo que le sienta mal, a no ser que lo veamos. Si estamos preocupados porque creemos que ha podido ingerir algo que puede ser lesivo, sobre todo si estamos lejos de una atención veterinaria, como puede ser el monte, existen unas gotitas que estimulan el vómito y se pueden usar antes de que se absorba», expone Carlos Bustillo, aclarando que no siempre es bueno forzar el vómito.

Por ejemplo, si ha ingerido un cuerpo extraño, punzante, devolver podría dañar el esófago, así que, ante la duda, como siempre, lo mejor es acudir o consultar con el veterinario. «Si el animal tiene síntomas de sentirse mal, vómitos y diarreas, y tiene afectado el sistema nervioso, puede ser indicativo de que ha ingerido algo y conviene tomar medidas tempranas», advierte Bustillo.

¿Y cómo evitamos lo que parece inevitable, que el perro coma cualquier cosa? Si a pesar de la supervisión el perro no nos obedece, lo mejor será acudir a un adiestrador. «Hay que entender que la naturaleza del perro, sobre todo en edades tempranas, es coger cosas con la boca por una necesidad exploratoria. Además, tienen una necesidad oportunista de comer, no tienen un horario como nosotros, por eso, si encuentran un alimento, piensan que mejor comerlo ahora que después», expone Ana Rodríguez, educadora canina de Dejando Huella.

También hay que tener en cuenta que muchos perros adoptados que antes han sido abandonados han tenido que buscar comida en cualquier parte y ese instinto de supervivencia es difícil de quitar. «Tenemos que tener en cuenta que nosotros les restringimos la comida. Y aunque la mayoría de las cosas que encuentren en la calle no les van a hacer daño, debemos evitarlo porque puede ser tóxico», advierte Rodríguez. Será difícil cambiar ese comportamiento, pero es posible. «Podemos premiarle por coger algo y que nos lo dé, dándole algo a cambio, porque muchas veces nos enfadamos y el perro, en previsión de que se lo quitemos, se lo traga, y es lo que queremos evitar», subraya.