Plantando en tiempo de arranques
La familia Eguíluz prepara dos parcelas en San Vicente para la plantación de barbados, una técnica histórica y hoy ya casi en extinción
Uno por uno, barbado por barbado, a tres –o seis mejor dicho– manos. La familia Eguíluz, Bodegas Cupani (San Vicente), muestra con un vídeo y con imágenes cómo es la técnica de plantación de viñedo a barbado, la de toda la vida hasta el desarrollo de la viticultura industrial y que solo unos pocos locos de la viticultura artesanal y familiar mantienen: «Estamos preparando dos parcelas, Laliende, de unos 6.000 metros cuadrados, y Arenales, algo más de 4.000 metros, con la plantación de los barbados y con la idea de, a partir del año que viene, injertar cada pie con nuestro propio material genético de garnacha», explica Enrique Eguíluz, hijo.
Los barbados son pies de viña con raíces a los que luego hay que incorporar, también uno a uno, los injertos. Lo más habitual en las nuevas plantaciones es la colocación de plantas que han sido injertadas previamente en el 'taller', en el vivero, con lo que se ahorra tiempo, dinero y, sobre todo, se afronta el problema de la ausencia de personal especializado, que apenas queda, aunque en el caso de los Cupani este saber se ha transmitido entre generaciones: «Nuestros barbados alcanzan incluso los 70 centímetros, cuando la planta ya injertada del vivero apenas supera el palmo», explica el viticultor. «Llegaremos más abajo y las raíces profundizarán más. Es lo que han hecho siempre mi padre y nuestros abuelos, y es lo que seguiremos haciendo mi hermano y yo», señala el viticultor.
Los Eguíluz, Enrique padre e hijo, y Miguel, trabajan 18 hectáreas de viña propias en San Vicente, que cuidan en su integridad y de las que elaboran espectaculares vinos bajo el sello de Cupani. Uno de ellos es una garnacha procedente de un viñedo más que centenario, apenas 600 cepas en la misma zona media del pueblo donde están ahora trabajando con la nueva plantación: «Extraeremos de ahí el material genético para los injertos y para dar continuidad a largo plazo a este vino de garnacha, algo que esperamos lograr con esta nueva plantación para las siguientes generaciones», detalla Enrique Eguíluz.
Libre de virus
El barbado es un pie americano, de los que vinieron a Rioja tras la filoxera porque eran, y son, inmunes al 'bicho'. En este caso, Rupestris du lot: «Es un patrón que se ha utilizado históricamente en la zona, pero que se está perdiendo. Nosotros lo hemos sacado de una plantación de tempranillo con alguna cepa de garnacha y de la que hacemos nuestro vino Baskunes, y luego hemos comprobado que está completamente sano y libre de virus».
Rupestris du lot es un portainjerto utilizado sobre todo en plantaciones antiguas con muy buen resultado para la garnacha y también en la viura vieja situada en las cabezadas de las plantaciones tradicionales de la Sonsierra. La aparición de nuevos portainjertos, como el Ruggieri o el Paulsen, muy rústicos y aptos para suelos calizos, lo ha dejado prácticamente en desuso, pero el Rupestris du lot es de ciclo vegetativo largo, con lo que retrasa la maduración, y es también muy resistente a la sequía, dos amenazas para la viticultura contras las que lucha la familia Eguíluz en San Vicente.
Las imágenes del vídeo son espectaculares, con las mediciones precisas para alinear los futuros renques y las distancias entre cada hoyo, clavando manualmente el herrón en la tierra y meneándolo para abrir el agujero y depositar el barbado.
El año próximo los Cupani injertarán, a mano y cepa por cepa, el sarmiento del que en el futuro crecerán los racimos. Un precioso viaje en imágenes desde el presente a la antigua viticultura antigua y artesanal.
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